Cuatro días bastaron desde el lanzamiento en la plataforma 39A del Centro Espacial John F. Kennedy, de la NASA, en Florida (EE.UU.), para que la nave espacial Apolo 11 recorriese los casi 400 mil kilómetros que separan a la Tierra de la Luna. El 20 de julio de 1969, a las 20h 17min 40s UTC, el módulo Eagle, construido para la ocasión, “alunizaba” en el Mare Tranquillitatis del hasta entonces “misterioso” satélite natural y el comandante de la nave, Neil Armstrong, pisaba el suelo lunar. Por primera vez en la historia, un ser humano llegaba a la Luna. Fue “un pequeño paso para un hombre, pero un salto gigantesco para la humanidad”, dijo el astronauta americano, en ese momento con 39 años. La frase épica, fue escuchada por millones de personas asombradas de todo el mundo que siguieron la hazaña en directo por televisión, todavía en blanco y negro. Atrás quedaron años de investigación y pruebas aeronáuticas, desde el inicio del Proyecto Apollo, en 1961, que no siempre tuvieron éxito.
Bettmann
Recientemente, la Agencia Espacial NASA anunció una nueva misión a la Luna. Está prevista para el año 2024 y las misiones de exploración, llamadas Artemisa (la diosa griega hermana gemela de Apolo), comenzarán el próximo año. En el origen de la idea está el sueño de abrir nuevos caminos para el ambicioso plan de la NASA de llegar hasta Marte.
UN ASTRONAUTA EN PORTUGAL
A los 10 años, Jim Wetherbee tenía el sueño de muchos niños: ser astronauta. Pero a diferencia de la mayoría, tuvo la suerte y el mérito de hacerlo realidad. Nunca llegó a pisar la Luna, pero fue un verdadero viajero del espacio con un registro de seis misiones del transbordador espacial en su currículum, cinco de ellas como comandante. Especializado en ingeniería aeroespacial, y después de servir en las fuerzas navales de los Estados Unidos, en 1984 pasó a formar parte de un selecto grupo de personas seleccionadas para un programa de entrenamiento de astronautas de la NASA que duró seis años. De su exitosa carrera espacial de aproximadamente dos décadas se destaca su dedicación a los aspectos de seguridad y gestión de riesgos, una experiencia que continúa aportando al entorno de organización.
El comandante Jim Wetherbee, a la derecha, en una de sus salidas en el transbordador espacial Discovery
Por invitación de Galp, llegó el pasado mes de abril a Portugal en el evento del Foro de Seguridad y, en las conversaciones con Energiser, habló sobre la importancia de tomar las decisiones correctas en momentos cruciales, así como recordar y describir cómo es estar dentro de una nave espacial y la emoción de observar la Tierra desde el espacio. “¡Es increíble! El brillo, el azul de los océanos... No se puede ver ese color desde aquí abajo”.