Atracados desde el 17 de marzo en el puerto de Santa Marta, Colombia, a causa de la pandemia del covid-19, los 5 a Babor no se detienen en lamentos y mantienen bien izada la vela de la esperanza.
En cuanto al velero Domum, su casa desde que zarparan del puerto de Cascais ya por julio de 2019 rumbo a un viaje de circunnavegación en familia, continúa si poder levar el ancla. La familia hace de la tempestad bonanza con los pies bien en el suelo y los ojos puestos en el horizonte. “Los tiempos que hemos vivido son difíciles para todos pero no hemos suspendido el viaje, sino que sabemos que vendrán días mejores y que el viento soplará nuevamente”, asegura Rute Gonçalves.
Los días revueltos que ahora atravesamos ayudarán a los cinco a volverse “más fuertes, más constantes”, a abandonar “planes fijos” y a ahondar aún más en la oportunidad de “pasar tiempo en familia y aprovechar para pensar y hacer otras cosas que a veces la rutina del día a día no nos permite”, señala la exresponsable de gestión de la marca Galp. Disponer de ese tiempo, de hecho, era “uno de los objetivos principales de nuestro viaje, pero además la cuarentena nos ha dado un poquito más de tiempo”, remata Rute Gonçalves.