Rumbo a la neutralidad carbónica

Portugal se encuentra en la senda de la neutralidad carbónica, con la mirada puesta en 2050. Un camino a emprender por parte de toda la sociedad, y de las empresas en particular, no exento de desafíos

El futuro será diferente del pasado y el viaje tiene solamente una dirección y un destino, dependiendo únicamente de la velocidad de la economía de cada país. Los riesgos y oportunidades van en aumento siendo a día de hoy imprevisibles. Con estas palabras, Nicolette Bartlett, directora de Cambio Climático en el proyecto CDP – Carbon Disclosure Project, inició su charla en el evento que tuvo lugar en Lisboa sobre la transición energética, promovido por el RNC2050 (Ruta hacia la Neutralidad Carbónica 2050) del Ministerio de Medio Ambiente. Esta especialista en cambio climático habló de la prevención de los activos varados (stranded assets) en el carbón y el gas, y alertó de los riesgos y oportunidades que la transición energética representa para las naciones, para las empresas y para las poblaciones. Si el proceso no tiene éxito, son estas las que – dice – «pagarán la factura».

Portugal está decidido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El país luso es actualmente el segundo país europeo, después de Suecia, con mayores ambiciones en esta materia. Según los datos del programa RNC2050, en las últimas décadas Portugal ha asistido a la disociación entre el consumo energético y el crecimiento económico, debido a los cambios estructurales en la economía portuguesa, al aumento de la eficiencia energética y al cambio de hábitos en el uso de los combustibles. La estrategia se basa sobre todo en el desarrollo de las energías renovables, entre otras medidas, cuyo objetivo va en la línea del Acuerdo de París, en el marco del cual Portugal se comprometió a contribuir para limitar el aumento de la temperatura media del planeta en valores no superiores a 1,5 ºC.

Las empresas portuguesas están haciendo un buen trabajo a neutralizar las emisiones de gases de efecto invernadero, pero todavía existe mucho margen de mejora

Pero llegar a niveles de emisión «neutros» es una carrera de fondo. La descarbonización de la sociedad representa un poso de gigante que debe darse de aquí a 2050. Parece mucho tiempo, pero el futuro es ya mañana y no está exento de desafíos. Algunos de ellos, en opinión de Nicolette Bartlett, son los errores que todavía siguen cometiéndose en muchos países, modelando el futuro según los supuestos del pasado y minusvalorando los riesgos, o el aumento del consumo de productos y servicios, entre otros, lo que merece una seria reflexión sobre el camino a seguir.

Nicolette Bartlett, directora de Cambio Climático en el proyecto CDP – Carbon Disclosure Project, pasó por Portugal y alertó de los riesgos y oportunidades que la transición energética representa para las naciones, para las empresas y para las poblaciones

Además de esto, según destaca la responsable de CDP en declaraciones a Energise, «cada país tiene su velocidad y sus particularidades», apuntando a algunos puntos críticos en los que Portugal deberá centrarse para alcanzar sus objetivos. Entre estos aspectos principales, destaca la sostenibilidad de los bosques, la agricultura, los transportes, la industria y la calefacción/refrigeración de los edificios. En definitiva, todo aquello que consuma grandes cantidades de recursos como agua, energía y combustibles fósiles, y que además emita gases de efecto invernadero u otros elementos contaminantes. «Portugal debe tomar aún algunas decisiones, como por ejemplo las relativas al uso de la tierra y de los bosques, en especial la cuestión de los eucaliptos. También la cuestión del transporte, apostando por un sistema multimodal con articulación entre diversos medios de transporte para hacer que el tráfico en las ciudades resulte más amable y limpio, reduciendo paulatinamente la presencia de coches en ellas. Sin esto, será difícil alcanzar la neutralidad carbónica».

La disponibilidad de recursos —energía, agua y alimentos— será un factor crítico y crucial para la vida en el planeta, según destaca la especialista: «Una vez interconectados, los distintos medios deberán considerarse un todo, porque en el futuro incluso competirán con otros sistemas».

EL PAPEL DE LAS EMPRESAS

El protagonismo de este proceso lo encabezan las empresas, públicas y privadas. Estas constituyen el motor de la economía. Tienen una función social importante al dar empleo a la población pero, por el contrario, muchas de ellas son responsables de emisiones contaminantes. Para detener el cambio climático es necesario cambiar de escenario. La directora de CDP confirma el papel fundamental de las empresas en la transición energética y en la búsqueda de un planeta más limpio, sin dejar de destacar –eso sí– el papel de los consumidores. «Ellos son el cliente final de estas emisiones», añadiendo que, cuando miramos a esas compañías, vemos que estas se centran en su cadena de suministro. Es decir, existe incluso «un vínculo directo entre esas emisiones y el consumo».

En relación con la contribución de las empresas portuguesas al tan necesario cambio de modelo y con el fin de neutralizar las emisiones de gases de efecto invernadero, Nicolette aseveraba que «se está haciendo un buen trabajo», aunque reconoce que, como sucede en la mayor parte de empresas de otros países, «todavía existe mucho margen de mejora».

EL EJEMPLO DE GALP

Galp viene dedicando esfuerzos a reducir sus emisiones de CO2 y a gestionar y racionalizar el consumo de agua. Así, en 2017, de entre las apenas 25 empresas seleccionadas en todo el mundo, Galp obtuvo la mayor puntuación en la valoración de CDP - Driving Sustainable Economies. De este modo, la compañía forma parte de las listas Climate ‘A’ y Water ‘A’ (ver informe completo), siendo la única empresa del sector energético y la única portuguesa con iniciativas ambientales reconocidas por la diminución del riesgo de sus actividades, tanto sobre el clima como sobre los recursos hídricos. «Somos conscientes de que nuestro futuro está asociado a una transición energética que busca ser sostenible y equilibrada», afirma Carlos Gomes da Silva, presidente ejecutivo de Galp. «Por ello, la gestión eficiente y sostenible de los recursos naturales es un vector esencial en nuestras operaciones».

Para CDP, «es alentador ver a tantas empresas tomar medidas ambiciosas dirigidas a mitigar los riesgos ambientales y aprovechar las oportunidades que presenta la transición a una economía sostenible», apunta Paul Dickinson, presidente ejecutivo de dicha organización internacional la cual constituye el mayor y más completo sistema global de divulgación de información medioambiental. «Estas empresas lideran el proceso de transición a medida que llegamos a un punto de no retorno en la defensa del Medio Ambiente», concluye.


LOS NÚMEROS QUE MARCAN LA DIFERENCIA (2017)

• 17,6 % de ahorro en el consumo de agua
• + de 400 mil toneladas de emisiones evitadas