Portugal tiene capacidad de liderazgo

Beta-i ha sido la encargada de traer la SingularityU a Portugal y ya ha iniciado el primer curso de formación de los líderes del futuro. Cambiar mentalidades es uno de los grandes objetivos

Este es un proyecto que está dando los primeros pasos en Portugal, posicionado a largo plazo y que busca crear un impacto en el tejido empresarial, en la sociedad civil y en el país en general. Ricardo Marvão, cofundador de Beta-i, empresa que apoya el emprendimiento y la innovación, cree que con SingularityU Portugal podrá posicionarse como líder en Europa y en el mundo, en aquellos sectores con potencial para destacar. Sin embargo, “estamos aportando las herramientas para el cambio, pero es preciso crear una idea sólida de lo necesario que resulta cambiar las mentalidades por encima de todo”.

La SingularityU nació en el bullicioso polo tecnológico de Silicon Valley con el objetivo de educar, inspirar y formar a líderes en el uso de la tecnología para la resolución de los grandes desafíos de la humanidad. Rob Nail, CEO de la Universidad de la Singularidad, explicaba recientemente que el punto de partida para iniciar este camino transformador pasa por reconocer las tecnologías exponenciales, las cuales rápidamente podrán ser democratizadas por las manos de los próximos líderes y emprendedores, estén donde estén. Portugal es el cuarto país del mundo que se convierte en socio de la iniciativa y el tercero de Europa, tras los países nórdicos (unidos en un proyecto único), Holanda y Canadá.

PAÍS CON ADN SINGULAR

Ricardo Marvão viajó hasta California hace cerca de un año para estudiar la posibilidad de importar el proyecto a Portugal y reconoce que la idea fue muy bien recibida por los responsables de la SingularityU. Además, en una entrevista a un periódico nacional, el CEO Rob Nail destacaba que Portugal se enmarca perfectamente en los objetivos del proyecto, toda vez que “se trata de una comunidad única que se diferencia de otras áreas de la Unión Europea”. De entre los valores añadidos apuntados por el norteamericano destaca el reconocimiento de que en el país luso existe una “interesante comunidad de start-ups en sectores muy específicos” y que el país cuenta con “interesantes competencias en tecnología”.

El proyecto SingularityU tendrá un impacto global en toda la sociedad, en las empresas y en la economía, el cual será visible y escalable

Consciente de las capacidades nacionales, Ricardo Marvão lanzó el reto a Nova SBE, socio elegido para la formación, que de inmediato aceptó el encargo de pensar y diseñar los cursos que serían impartidos. Al proyecto se le unió también el Ayuntamiento de Cascais que, según este responsable, es “una ciudad con el tamaño idóneo para ser ciudad-piloto, además de contar con la mentalidad y la actitud adecuadas”. El fundador de Beta-i cree, así, que las bases del éxito están ya sentadas. “Se trata de un proyecto con una combinación interesante, porque cuenta con una empresa de innovación, una universidad y una ciudad con las características ideales.”

SingularityU Portugal busca en estos momentos absorber todo aquello que hacen mejor los países con más experiencia en el proyecto y adaptar este conocimiento a las particularidades del tejido empresarial nacional. Al proyecto se le unen también, como socios fundadores, Galp, Ageas Seguros y Semapa.

CAMBIAR MENTALIDADES Y PRIORIDAD

El primer curso de SingularityU Portugal arrancó en octubre, poco después de la SingularityU Portugal Summit, que tuvo lugar los días 8 y 9 de octubre. Este fue el hecho que marcó el proyecto presentando el concepto y los objetivos a una comunidad mayor. “Queremos hacer de uno a dos cursos por mes”, explica Ricardo Marvão, adelantando que ya se están elaborando otros cursos con inicio previsto para enero de 2019, en colaboración con empresas que ya han mostrado su interés por avanzar.

Las temáticas son de lo más diversas y dependen mucho de lo que cada empresa pretenda abordar y trabajar, pudiendo ir desde la estrategia hasta el liderazgo, pasando por la innovación o por otra área específica de cualquier empresa. “Son cursos diseñados a medida de las necesidades y de los objetivos”, destaca Ricardo Marvão.
Y si las temáticas son variadas, el abanico de público objetivo de las formaciones también es amplio. “Puede ser para jóvenes líderes, primeras líneas o para un conjunto de personas diferenciado. Cada curso es personalizado. El objetivo es lograr los mejores resultados posibles”, explica.

En lo que se refiere a las empresas que ya están progresando, cree que encajan en el perfil definido: “Son empresas que piensan a largo plazo, no solo en su propia organización, sino también en la sociedad en la que se encuentran y en la forma como el país puede sacar partido de ello.”

El objetivo a largo plazo pasa también por la contratación de la sociedad civil porque, como afirma este responsable, “se trata, por encima de todo, de un cambio de mentalidad de los líderes en especial, pero con un impacto global en toda la sociedad, en las empresas y en la economía, el cual será visible y escalable”.