El big data dinamiza la maratón de 48 horas

Ocho equipos se dieron cita en la refinería de Galp, en Sines, en busca de una solución para un desafío real: optimizar y hacer más eficiente el aparato refinador de Galp, recurriendo a un conjunto gigantesco de datos

Viernes, 8:00 h. Todo a punto para el pistoletazo de salida de la Datathon, un desafío real, a modo de juego y con el formato de una maratón de 48 horas. Entre los ocho equipos participantes, altas expectativas y una gran curiosidad por el big data. Cada equipo estuvo formado por seis miembros llegados a la refinería Galp de Sines, desde Lisboa, Oporto y Aveiro, además de otros puntos de España y Reino Unido, como Liverpool, por ejemplo. Nadie sabe cuál es exactamente el desafío, pero se espera una competencia muy grande, toda vez que está en juego un premio en metálico de 50 mil euros.

El reloj comienza a contar y llegan los nervios entre los participantes, quienes apenas han tenido tiempo de visitar la cama durante casi tres días, sustituyendo el cansancio por la motivación del desafío. “Sabíamos que sería difícil, pero no esperábamos tener que lidiar con este elevadísimo conjunto de datos”, revela Pedro Carvalho, investigador de la Universidad de Aveiro, lejos de saber que sería él uno de los ganadores.

Una vez finalizado el tiempo para encontrar la solución, los ocho equipos subieron al escenario improvisado en la refinería para presentar sus proyectos, en una tentativa final por atraer la atención del jurado, compuesto por tres miembros de Galp y dos invitados. “Los proyectos eran todos de una calidad excepcional, a pesar de no haber cumplido ninguno con la totalidad de los criterios establecidos”, explicaba a Energiser José Manuel Mendonça, presidente del Consejo de Administración de INESC-TEC y presidente del jurado, antes de ser pronunciadas las conclusiones finales. “No se encontró la fórmula 'mágica' pero sí fueron señalados, sin duda, los caminos a seguir”, apuntó Silva, COO de Galp.

La decisión del jurado, tomada más rápido de lo que cabía esperar, fue unánime. Concluía así la larga espera de los 48 participantes. Entre la esperanza y la convicción del trabajo bien hecho, los equipos escucharon con atención al COO de Galp y al anfitrión, Martinho Correia, director de la refinería, los elogios y agradecimientos que dedicaron a los participantes por su esfuerzo, dedicación y compromiso con el desafío. “Esta iniciativa nos ayuda a encontrar nuevas formas de desarrollar nuestro conocimiento”, afirmó.

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Desvelado el misterio, el desafió no terminó con un vencedor sino con dos, cuyas soluciones serán ahora desarrolladas en su conjunto por los especialistas de Galp. Las universidades de Aveiro y Liverpool se llevaron así para sus respectivos campus un premio de 25 mil euros cada uno el cual recibieron de manos de Carlos Silva, confiando en poder destinar esta cuantía a la compra de nuevos equipos de investigación que les ayuden a progresar.