El diagnóstico del modelo de negocio Petróleo & Gas, tal y como hoy lo conocemos está hecho. Se le estima una esperanza de vida de unos 30 años más. Hasta entonces, los actores tradicionales del sector tienen una serie de retos por delante. En el Día de la Energía, que se celebra hoy, conviene recordar la creciente importancia de las energías renovables y de la eficiencia energética, con vistas a asegurar un planeta más sostenible y equilibrado, rumbo a la descarbonización.
Han pasado cuatro años desde que Portugal asumiera el objetivo de alcanzar la neutralidad carbónica en 2050. La misión pasa por reducir en más de la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y afecta tanto a esta industria como al resto de sectores de actividad como consumidores de energía, así como a todos los rincones de la sociedad.
Pero para que esta misión tenga éxito, la próxima década será fundamental. El Plan Nacional de Energía y Clima (PNEC) representa la primera fase de la estrategia de transición energética ideada por el Gobierno portugués. Este plan deberá implementarse durante los próximos diez años. A través de una combinación entre opciones políticas y tecnología, la prioridad es la eficiencia energética que deberá lograrse mediante un aumento de la electrificación del consumo y recurriendo cada vez más a fuentes de energía renovable.
En Portugal, y un poco en toda Europa, los vientos de cambio en el sector de la energía soplan en el mismo sentido. Muchos de los operadores históricos están comprando activos de renovables, con la energía solar y el hidrógeno verde a la cabeza – con proyectos en desarrollo y creciendo en todo el mundo –, y los mercados están cambiando su forma de trabajar. Los retos son similares, y las estrategias, comunes. La convicción de que los productos actuales tendrán que adaptarse a otros usos y de que la descarbonización de sus operaciones es uno de los primeros pasos, son también elementos transversales a los diferentes actores de la industria.
Por otro lado, la entrada de nuevos actores en el negocio de la energía está aportando también una mayor innovación al mercado, así como nuevos modelos de negocio. Igualmente, está 'obligando' al sector a reaccionar y adaptarse con mayor rapidez.
COMPROMISO A LARGO PLAZO
Al igual que un matrimonio que pretende ser estable, Galp también ha respondido “sí” al desafío que supone la transición energética, asumiendo un compromiso a largo plazo. Con áreas de negocio diversificadas con el objeto de “no colocar todos los huevos en la misma cesta”, como dice Susana Quintana-Plaza, miembro de la Comisión Ejecutiva de Galp, la energética actúa actualmente en segmentos distintos como la electricidad, el petróleo y gas, la energía solar y las energías renovables, con “un crecimiento más rápido que la competencia”. La ejecutiva en las áreas de Renovables y Nuevos Negocios hablaba esta semana en la conferencia Go Net-Zero Carbon Energy Virtual Summit, que tuvo lugar a través de Internet y en la que pudo compartir retos y barreras comunes a otros actores internacionales de este sector.
Galp viene reforzando la inversión en renovables y, este año, se ha convertido en el mayor actor en energía solar de la Península Ibérica.
El desafío adicional que supone la pandemia del covid-19 también estuvo presente en esta conferencia. Los participantes admitieron el impacto transversal de esta crisis en todos los sectores, con la consiguiente reducción de la capacidad de inversión de muchos operadores. A este nivel, Susana Quinta-Plaza mostró su satisfacción con el equilibrio financiero de Galp, destacando que empresas con buenos balances económicos logran hacer frente mejor a las adversidades. “Galp no ha cancelado ningún proyecto sino que ha modificado ligeramente el calendario de inversiones”, reveló. Aún así, “el compromiso con la descarbonización se mantiene”.
Sin embargo, este camino debe recorrerse en un mercado cada vez más inestable, lo que para Susana Quintana-Plaza supone un reto adicional. “Tenemos que ir en la dirección que marca el mercado y apostar por una única área o, a lo sumo, por pocas áreas”. El secreto –cree– está en la gestión inteligente de una cartera de negocio diversa, interesante e innovadora. “No interesa la tecnología que tenemos, sino lo que estamos haciendo diferente al resto”.
