“El gas natural será estratégico en la transición energética”

La importancia del gas natural durante los próximos años ya ha sido reconocida por la Agencia Internacional de Energía, que apunta a un crecimiento del 30% hasta 2040. En Galp, este tema se encuentra entre sus máximas prioridades, según apuntaba Inês Santos, directora de Estrategia, durante el Green Gas Mobility Online Event

El compromiso de Galp con la descarbonización y la importancia del gas natural para la transición energética ya han sido asumidos ampliamente por la empresa, la cual anunció en 2019 que el 40 % de sus inversiones en la próxima década irá destinado a estos objetivos. Por ello, no es de extrañar que durante su intervención en uno de los paneles del Gas Mobility Online Event organizado por Gasnam, la Asociación Ibérica de Gas Natural para la Movilidad, Inês Santos, directora de Estrategia de Galp, haya destacado el papel fundamental que el gas natural representa en todos los proyectos y áreas de negocio de la empresa. “El gas representa el 25 % del peso en la matriz primaria de la mezcla energética y será clave para la transición energética”, añadía. Para la responsable de Galp, la descarbonización del sector eléctrico, con la sustitución del carbón por el gas natural, permite ganar tiempo y darse las condiciones para una entrada masiva de fuentes de energía renovables, con costes competitivos y manteniendo la resiliencia y la robustez del sistema energético.

La apuesta de la empresa portuguesa, principal actor de gas natural en Portugal, busca cumplir con las estimaciones de la Agencia Internacional de Energía, que defiende igualmente el papel determinante de esta energía en la reducción de las emisiones de CO2. “Si sustituyéramos toda la flota de generación energética a partir del carbón por gas natural, lograríamos una reducción del 15 % en las emisiones, lo que equivale a las emisiones anuales por parte de Estados Unidos”, pone como ejemplo Inês Santos.

El peso de la industria y la movilidad

La industria representa actualmente cerca del 30 % del consumo de energía en el mundo, con una gran parte del mismo siendo imposible de electrificar de manera rentable.

Es lo que sucede, por ejemplo, en sectores como el del acero o el vidrio, señala Inês Santos. Aparte de eso – añade – “el 40 % de las emisiones proviene de consumos en segmentos donde todavía no existe tecnología o soluciones comerciales que permitan realizar su neutralización carbónica”. Al aspecto de la industria, la responsable de Galp añade la movilidad, ya que ambas áreas “requieren una calidad de la energía que no es compatible con el uso de la corriente eléctrica en el consumo final”. Además, añade incluso que los gases renovables serán esenciales para la descarbonización del transporte pesado, marítimo e, incluso, el de la aviación, gracias al uso de los combustibles sintéticos, pero que la transición energética tiene que estar basada en una competencia entre tecnologías que contribuya a la reducción de las emisiones de CO2. Esto debe permitir una optimización del uso de los recursos en función de las características de cada solución y de las necesidades específicas de cada uso.

Cuestionada por el papel del hidrógeno verde, Inês Santos apunta que Galp está “atenta a las tendencias a largo plazo”, añadiendo que el hidrógeno representa “una incertidumbre crítica”. “Estamos estudiando un proyecto para crear un cluster industrial de hidrógeno verde en Sines, el cual integra y optimiza toda la cadena de valor, pero incluyendo la generación de electricidad renovable, la producción de hidrógeno y su distribución, transporte, almacenamiento, comercialización y exportación”, añade. Para la responsable de Galp, el tema del hidrógeno en la movilidad va en paralelo a lo que viene sucediendo hace algunos años con el gas natural. “Todo depende de la infraestructura que se creará a base de colaboraciones que permitan gradualmente construir el mercado, una vez esta tecnología se encuentre ya madura y sea competitiva frente a otras opciones de descarbonización”, concluye.