“La movilidad será diferente después de la pandemia”

Una vez superada la crisis del Covid-19, los hábitos de consumo habrán cambiado para siempre. La movilidad dará un nuevo respiro porque personas y empresas desean ser más sostenibles. Las colaboraciones, una buena gestión de los datos, mayor disciplina y una visión de futuro serán elementos fundamentales para gestionar una smart city

Las conclusiones son de Sofia Tenreiro, COO de Galp, y dibujan, en líneas generales, la forma cómo Galp ve la transformación de las ciudades y la forma cómo estos cambios se enmarcan dentro de su estrategia de movilidad eléctrica, una de las grandes apuestas de la empresa. “La movilidad será diferente después de la pandemia. No vamos a estar encerrados para siempre, pero los trabajadores ya no irán obligatoriamente todos los días a la oficina”, afirmaba la administradora de Galp en el arranque de la charla que compartió con Madalena Tomé, CEO de SIBS, durante la Web Summit, desde la capital lusa. “Lisboa: una smart city” fue el tema de la cumbre, marcando el punto de partida de esta sesión, que fue moderada por la periodista Catarina Carvalho.

Sofia Tenreiro destacaba la relevancia de la movilidad eléctrica para Galp, señalando la importancia que estos medios de transporte han tenido en los últimos años, no solo en Lisboa, sino en todo Portugal. En opinión de Sofia Tenreiro: “Las personas y las empresas quieren ser sostenibles y optar por otros medios de transporte, con menor impacto en el medio ambiente”. El coche compartido o las bicicletas son los medios alternativos al vehículo propio -más contaminante- con mayor uso en la capital lusa, aprovechando la creciente creación de carriles bici y el aumento de la oferta en lo que se refiere a vehículos compartidos.

Sin embargo, en opinión de la responsable de Galp, “quien sale de las grandes ciudades espera encontrar soluciones similares, especialmente puntos de carga para vehículos eléctricos”. Sofia Tenreiro recuerda que Galp dispone ya de 800 puntos de carga repartidos por todo Portugal, un número que continuará creciendo, lo que representa un primer paso para lograr el objetivo de ofrecer el mismo servicio en todo el territorio portugués. “Incluso en las zonas rurales, los usuarios esperan el mismo servicios”, añade. La pandemia del Covid-19 ha acelerado esta necesidad, como complementa Madalena Tomé, dado que cada vez más personas se mueven de los grandes centros urbanos a zonas más tranquilas, aprovechando las facilidades ofrecidas por el teletrabajo. Para el CEO de SIBS, este movimiento es visible también a través de los pagos electrónicos que, en los últimos meses, han crecido en zonas de menor densidad de población, al igual que lo ha hecho el comercio tradicional.

¿ES MÁS DIFÍCIL GESTIONAR UNA SMART CITY?

De vuelta a los grandes centros urbanos, la cuestión que se plantea pasa por la gestión de aquello que entendemos como ‘smart city’. ¿Será más difícil gestionar una ciudad inteligente? Ambas participantes en este coloquio consideran que no es así. “Exige otra tecnología y organización”, afirma Madalena Tomé. La responsable de SIBS cree que esta será una evolución natural, pero que “pasará por una jornada que requiere tiempo y que exige nuevas soluciones”. Para Sofia Tenreiro, la tecnología de gestión de datos será crucial, junto con una mayor disciplina y una gran apuesta por las asociaciones. “La seguridad también será fundamental ya que cuanto más digitales se vuelvan las ciudades, mayor importancia y protección se requerirá por parte de los ciudadanos”-apunta-, añadiendo que las ciudades todavía deberán tener una visión a largo plazo, que les permita integrar un conjunto de soluciones diferentes.

Cabe recordar que el aumento de la población, la escasez de recursos cada vez mayor, la gestión del agua o la eficiencia energética son desafíos actuales que, si no se abordan adecuadamente, tendrán graves consecuencias en el futuro. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en 2050, la población mundial rondará los nueve mil millones de habitantes, de los cuales el 70 % vivirán en ciudades, con una necesidad creciente de energía, poniendo a prueba factores que ya hoy en día son motivo de preocupación a nivel mundial.