Trabajar en casa será ‘el nuevo normal’

Las empresas se verán obligadas a acelerar los procesos de transformación digital. Con la pandemia, hasta los más reacios están asumiendo que el mercado de trabajo ya nunca volverá a ser como antes

La posibilidad de trabajar desde casa no es una novedad dentro del mercado de trabajo. Sin embargo, nunca como ahora tantas personas y empresas han adoptado al mismo tiempo esta forma de mantener sus negocios abiertos. La pandemia que asola el mundo ha obligado a las empresas a mandar a sus trabajadores a casa, intentando adaptar procesos, redes de comunicación y encontrar nuevas formas de mantener el contacto entre los equipos. Y todo en tiempo récord.

Pero ya antes del covid-19, varios estudios a nivel mundial apuntaban al teletrabajo como herramienta para aumentar la productividad en más de un 40 % y, a la vez, reducir costes de operación en porcentajes por encima del 50 %. Aun así, las barreras culturales y el bajo nivel de preparación digital de muchos negocios continúan siendo los principales hándicaps a la hora de adoptar este cambio de manera más generalizada. “El teletrabajo ha ganado terreno y se recurre a él cada vez más como herramienta de trabajo”, afirma Pedro Pesoa, especialista líder en desarrollo de RRHH de Kelly Services, empresa especializada en recursos humanos. Con ello, añade, “es natural que después de la crisis el teletrabajo sea asumido dentro de las herramientas principales de las empresas, para aplicar a ciertos contextos y en base a ciertas normas”.

Una opinión compartida en parte por António Costa, director asociado de Michael Page Engineering & Property, dentro del área de gestión de recursos humanos. “Creo que el teletrabajo se pondrá al mismo nivel que el trabajo presencial, al menos en cuanto a la forma.” Esta situación “permitirá a las empresas realizar cambios profundos a la hora de diseñar las nuevas oficinas de ciertos departamentos”. Imagínese una situación en la cual una empresa pase a utilizar una oficina con apenas el 50 % de sus empleados habituales, trabajando en régimen de rotación con el teletrabajo. En este contexto, la empresa podrá contar con una reducción inmediata de los costes de oficina, desde el espacio hasta la electricidad, pasando por los consumibles. En caso de contar con vehículos, también se experimentará un alto beneficio en este sentido, gracias a la reducción efectiva de su uso además de un menor impacto ambiental.

¿Más trabajadores en casa? Los especialistas en recursos humanos creen que muchas empresas tal vez opten por usar sus oficinas con la mitad de los empleados de manera presencial

Maria da Glória Ribeiro, socia directora de Amrop, empresa de búsqueda de directivos, no cree que vaya a producirse un cambio brusco del modelo de trabajo. “No considero que sea el principio de una nueva era, porque desde principios de la última década las empresas más atentas, especialmente en el área de tecnología, y también algunas del sector minorista, ya han demostrado su preocupación por crear espacios agradables, lúdicos, sin puestos de trabajo fijos, buscando proporcionar a sus trabajadores un ambiente más distendido y confortable, más propenso a obtener un buen rendimiento por parte de estos”. Aun así, Maria da Glória Ribeiro cree que el futuro del trabajo no pasará por personas con un puesto de trabajo definido y acotado, sino más bien por un trabajo abierto a diferentes misiones y/o contratos a lo largo de la vida profesional del trabajador, pudiendo desempeñar una o varias funciones a la vez en una misma etapa de su vida profesional. “Y aquí sí, el teletrabajo desempeñará un importante papel.”

A corto plazo, la dirección no ve en este momento que vivamos como facilitadores o aceleradores de una “nueva era”, toda vez que “sí causará una depresión económica, que ya se puede sentir; y no sabemos en qué medida y por cuánto tiempo esta situación retrasará el crecimiento de las empresas”.

Empresas más digitales... ya

La transición o transformación digital de la que tanto se habla desde hace ya algunos años se ha convertido en los últimos tiempos en una prioridad para un número de personas cada vez mayor. Obligadas a adaptarse o a cerrar sus puertas y a interrumpir el normal desarrollo de sus negocios, muchas empresas han entendido que es el momento de dar el primer paso –y alguno más- en la idea de avanzar hacia el mundo digital.

Además, de acuerdo con un estudio realizado durante la última semana de marzo por IDC Portugal, cerca del 55 % de un total de 531 encuestados apostaron por un rápido impulso de su infraestructura tecnológica y seguridad respectiva, así como una mayor disponibilidad de los canales digitales, para que sus negocios continúen siendo gestionados y desarrollados desde casa. El mismo estudio revela también que el 30 % de las empresas han creado nuevos canales digitales y el 20 % han creado formas alternativas de comunicar y relacionarse con los clientes.
Sin embargo, no basta con crear condiciones tecnológicas y dotar a los trabajadores de las herramientas más avanzadas del mercado si no existen otras transformaciones internas. Rui Reis, director ejecutivo de Mind Source, consultora en tecnologías de la información, pone como ejemplo. “Es de vital importancia que las empresas sepan gestionar los procesos de cambio cultural para conseguir implementar con éxito sus estrategias de transformación digital, especialmente los cambios que traen consigo los procesos de trabajo, los cuales se están viendo acelerados por la situación que vivimos en estos momentos”. El ejecutivo recuerda también que muchas empresas experimentarán dificultades, como la falta de acceso a documentos, aplicaciones o herramientas de trabajo, así como la ausencia de equipos adecuados para el desarrollo del trabajo, lo que impedirá a los trabajadores continuar produciendo al ritmo esperado. “Rutina y responsabilidad son actitudes clave para un teletrabajo con éxito, así como la ampliación de conocimientos y una gestión eficaz de las tareas”, añade.

No obstante las dificultades de adaptación para las empresas, es importante evaluar los pros y contras del teletrabajo. Para António Costa, en un contexto normal -distinto del actual- “el teletrabajo ofrece una serie de ventajas para las empresas y sus profesionales, aunque sea un día a la semana, como es la reducción de costes, la mayor flexibilidad, la conciliación de la vida personal y profesional, los factores motivacionales, entre otros…” Maria da Glória Ribeiro recalca, así, que existen una serie de funciones más propensas que otras a esta forma de trabajo. “Hay trabajos muy individualizados, que requieren un gran nivel de concentración, como por ejemplo, las funciones de desarrollador y contable o incluso la producción escrita, y que seguramente se beneficiarán de un ambiente de mayor aislamiento”. Así, la ejecutiva considera que todos los puestos necesitan de un modo u otro compartir y trabajar en un espacio conjunto con otras personas, “especialmente a nivel de pensamiento creativo y mayor estimulación gracias al contacto con otros compañeros, para la resolución de problemas y el desarrollo conjunto de algunas tareas”.

Desde una vertiente más práctica, Jil Ribeiro, consultor sénior especializado del área de contratación y selección de Multipesoal, destaca tres cuestiones básicas que pueden ser a la vez positivas o negativas, según la situación. En primer lugar, la distancia y la proximidad. Si, por un lado, la distancia puede debilitar las relaciones personales e implicar dificultades añadidas a la hora de diseñar las tareas a realizar, por otro, se crea una proximidad entre equipos que, en circunstancias normales, ya estaban geográficamente dispersas. La cuestión de las distracciones e interrupciones también puede ser vista desde ambas perspectivas. “En el teletrabajo, tenemos menos distracciones y las interrupciones son más controlables. En la oficina, estamos más atentos a lo que pasa a nuestro alrededor, lo que nos hace desconectar del trabajo más frecuentemente”, explica. Y añade: “En el teletrabajo, podemos decidir cuándo realizar una pausa, mediante la programación de reuniones y videoconferencias. Por otro lado, cuando estamos en casa y, por tanto, más expuestos a otros factores de distracción, como la radio, la TV, los niños o los animales de compañía”. Por último, está la conciliación entre la vida profesional y personal. “Ganamos tiempo, porque nos ahorramos desplazamientos y podemos optimizar ese tiempo para realizar otras actividades más útiles. Así, cuando la casa es nuestra oficina, podemos tener la tendencia a trabajar un mayor número de horas”.

Pedro Pesoa cree en otro factor importante. “El teletrabajo facilita la contratación de personas con alguna deficiencia o discapacidad, ya que se reduce el nivel de exigencia a la hora de adaptarse al puesto de trabajo, favoreciendo así un clima de mayor integración y diversidad”. Por otro lado, la época que vivimos actualmente, como recuerda António Costa, ha traído consigo una carga psicológica que puede causar algunos desequilibrios. “No se trata de teletrabajo voluntario, sino de una situación forzada, que obliga a estar 24 horas en casa. Es crucial, por tanto, mantener el foco en lo importante y en el futuro; el positivismo tendrá que superar cualquier factor negativo. Solo así se podrá encarar esta experiencia como algo productivo para los profesionales y las empresas.”