El movimiento Terra de Esperança surgió de la colaboración entre ANEFA (Empresas Florestais, Agrícolas e do Ambiente) y Galp con el firme propósito de repoblar las zonas más afectadas por los incendios de los últimos años.
El pistoletazo de salida para una serie de acciones de reforestación, previstas o programadas, fue dado por 600 voluntarios, entre los empleados de las dos entidades, socios y familias de norte a sur de Portugal. La acción tuvo lugar en la Sierra del Açor, en la región Centro del país luso. El grupo “se puso la camiseta”, se puso manos a la obra y plantó 7.500 árboles (robles y castaños) en cerca de ocho hectáreas de terreno.
Este movimiento fue financiado por Galp, que adquirió 500.000 árboles destinados a reforestar áreas correspondientes a más de 600 campos de fútbol y ayudó a implementar una plataforma que permite a ANEFA darle una nueva dinámica a las acciones de voluntariado que buscan devolver a la vida las zonas arrasadas por el fuego.
En total, se han plantado hasta la fecha 68.700 árboles, que han contribuido a un renacimiento más verde de Portugal.