PNEC, el plan para llegar al 47 % de energías renovables

Portugal ha sido el primer país en asumir el compromiso de alcanzar, hasta 2050, la neutralidad carbónica, pero para llegar a este punto es necesario apostar por fuentes de energía renovables y reducir la dependencia de los combustibles fósiles

El Plan Nacional de Energía y Clima (PNEC) es el documento que marca el camino a seguir en términos energéticos por el país luso para la década 2021-2030. Este plan se enmarca dentro de las obligaciones contraídas con la Unión Europea y el resto de Estados miembros. El objetivo principal es lograr, hasta 2030, el 47 % de energía procedente de fuentes renovables, así como una reducción del consumo de energía primaria del 35 %.

El documento, cuya versión final fue enviada a la Comisión Europea a mediados de 2019, es un reflejo de la estrategia definida por el Gobierno para afrontar el desafío que supone la transición energética. En él se establecen las prioridades políticas para estimular el aumento de la capacidad instalada de electricidad renovable, especialmente lo que se está ya haciendo con vistas a incrementar aproximadamente 15 Gigavatios. Con esta medida, el ejecutivo prevé alcanzar un nivel del 80 % de fuentes renovables en la producción eléctrica hasta 2030.

En el PNEC, donde se recoge la situación en Portugal, en especial en lo que respecta a la descarbonización, la eficiencia energética, la seguridad de abastecimiento, el mercado interno y la investigación, innovación y competitividad, destaca también la “trayectoria que Portugal viene trazando, siendo actualmente el tercer país de la Unión Europea con mayor nivel de incorporación de renovables (+26,8 p.p. frente a 2005)”.

La intención, además de cumplir los acuerdos establecidos a nivel europeo, pasa por otro gran objetivo nacional y europeo, como es lograr hasta 2050 la neutralidad carbónica. Para llegar a ello, no obstante, será fundamental apostar por el “abandono progresivo de un modelo económico lineal, basado en los combustibles fósiles, y apostando por una economía basada en los recursos renovables utilizándolos de manera eficiente. Y prosiguiendo con modelos de economía circular, que pone en valor el territorio y promueve la cohesión territorial”.

A pesar de los esfuerzos de los diferentes Estados miembros por elaborar sus propios PNEC, la Comisión Europea destaca que estos proyectos “son insuficientes en términos de contribución al predominio de las energías renovables y de la eficiencia energética”. Añade, además, que la diferencia entre los compromisos asumidos y aquellos logrados de manera efectiva puede variar, en el caso de las renovables, en 1,6 puntos porcentuales. Y, si hablamos de eficiencia energética, en 6,2 puntos porcentuales. Los objetivos mínimos, sin embargo, están definidos para alcanzar al menos el 32 % de las energías renovables y el 32,5 % en cuanto a la eficiencia energética.

Aun así -continúa la institución-, según las medidas presentadas por los diferentes países “se estima que la reducción global de los gases con efecto invernadero en la UE vaya en consonancia con el objetivo de reducción del 40% de dichas emisiones hasta 2030, en comparación con 1990”. La nota es, en cualquier caso, positiva, ya que estas políticas permitirán cumplir los valores establecidos en el Acuerdo de París.