Las moscas en el futuro de la agricultura sostenible

En Japón, MUSCA Inc. viene apostando desde 2016 por proyectos de investigación y desarrollo capaces de reaprovechar residuos orgánicos y transformarlos en productos como abono

Nunca, en la larga historia del hombre, la preocupación por el cambio climático y sus consecuencias sobre el planeta ha estado tan a la orden del día como actualmente. Científicos e investigadores de todo el mundo buscan, por un lado, formas de combatir la contaminación, y, por otro, de encontrar soluciones para una vida más sostenible, reaprovechando recursos que puedan satisfacer las crecientes necesidades de una población que no para de crecer.

En Japón, MUSCA es una de las empresas que está luchando por un futuro mejor. Desde 2016, busca desarrollar una tecnología a base de moscas y larvas, para crear un sistema de reciclaje que permita reaprovechar residuos orgánicos, como excrementos y desperdicios de comida, y transformarlos en la base de una agricultura y una alimentación sostenibles. El proyecto ha puesto una marcha más en los últimos años, pero su origen se remonta a la antigua Unión Soviética, donde los científicos ya entonces trabajaban en la idea de utilizar moscas domésticas – Musca domestica, el nombre científico que más tarde daría nombre a la empresa nipona – como forma de conseguir recursos alimenticios autosuficientes a bordo de eventuales misiones tripuladas a Marte.

El objetivo de los cerebros de la antigua URSS pasaba por lograr, a través de la creación selectiva de moscas productivas y resistentes, que los insectos se alimentasen de las heces de los astronautas. El paso siguiente sería aprovechar los excrementos de las moscas como fertilizante y las larvas, ricas en proteínas, como alimento. El proyecto Houseflies, parte del programa espacial soviético, nunca llegó a salir de la estratosfera. Posteriormente, fue abrazado por Kazutoshi Kobayashi, un japonés que llevó los resultados de la investigación al país de origen con la esperanza de conseguir aplicar el estudio a la agricultura sostenible.

Mitsutaka Kushima, fundador de MUSCA

El ambicioso proyecto pasaría así en 2006 a uno de sus empleados, Mitsutaka Kushima, dando origen a MUSCA, la empresa que hoy quiere transformar toneladas de residuos orgánicos en combustible que alimente un futuro más verde.

INVERTIR EN SOSTENIBILIDAD

Aquel que hasta hace pocos años fuera un nicho de mercado, está fomentando la aparición de cada vez más agricultores y creadores de insectos en todo el mundo, que buscan una fuente de proteínas alternativa a la tradicional, a partir de animales de carne y hueso. El gigante de la comida rápida McDonald’s es uno de los principales actores a nivel corporativo que viene apoyando estudios que buscan formas de utilizar insectos y algas para alimentar gallinas y reducir la dependencia de alimentos como la soja, responsable de una enorme oleada de deforestación en todo el mundo.

Solo en Japón, MUSCA afirma que se desperdician cerca de 80 millones de toneladas de residuos orgánicos procedentes de animales y más de 360 millones de toneladas de alimentos al año. El potencial, defienden los responsables de la startup, es así enorme. Para hacerse una idea del posible beneficio, la variedad de moscas que MUSCA ha perfeccionado a lo largo de los años es capaz de transformar residuos en tan solo una semana, mientras que las moscas domésticas tradicionales tardan tres semanas en completar el mismo proceso.

El proceso de transformación de residuos promovido por MUSCA permite transformar residuos en una sola semana

De media – según indican –, 300 gramos de huevos de mosca son capaces de generar 150 kilos de larvas, que pueden transformar una tonelada de residuos orgánicos animales en 300 kilos de fertilizante. Esto permite reaprovechar recursos, por un lado, y reducir el precio de comercialización de estos productos. Además de eso, las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los excrementos de animales pueden reducirse en un 99 % utilizando este sistema, un sistema que permite a su vez evitar la contaminación de los suelos y las aguas subterráneas.

Un futuro alimentado y construido a base de moscas podrá ser una de las soluciones capaces de alterar la forma como producimos, permitiendo reducir los desperdicios y crear un horizonte cada vez más sostenible.