Se trata de una casa muy divertida, todavía sin techo y sin casi nada más que ambiciones ecológicas. Sus paredes –léase palés de madera– ya están levantadas en el patio de la Escuela do Corgo, en Vila Real. Además, otros materiales reciclados o reutilizados se irán uniendo poco a poco a la construcción. La pandemia causada por el covid-19 ha obligado a un paro forzoso de los trabajos pero sin que ello haya desmotivado a los afectados. Alumnos, profesores, padres y empleados están ya esperando a que llegue septiembre para continuar implementando con entusiasmo y con las nuevas mejoras que traerá consigo el premio Future Up, el que será un espacio de mucho juego y aprendizaje sobre el medio ambiente.
El sol, el agua de lluvia o el viento serán las principales fuentes energéticas. El techo estará hecho de un material transparente para aprovechar al máximo la luz solar y observar el cielo, los pájaros y las mariposas. Habrá también un horno solar. Como colector de agua de lluvia, se ha pensado en una garrafa de plástico vuelta del revés, la cual servirá a su vez como agua para lavarse y regar el huerto o el jardín de hierbas aromáticas. En su conjunto, una minifinca que incluirá un gallinero también. Y es que, según afirma la profesora y coordinadora del proyecto, Dulcídia Teixeira da Cruz, “muchos niños todavía no saben de dónde vienen los huevos”.
La Ecocasita, continúa la responsable, “con todo lo que estamos imaginando que se puede hacer a nuestro alrededor, puede ser utilizada tanto por niños de preescolar como por alumnos de 1º Ciclo; lo que hay es de todos, somos una familia”. Y concluye: “Este tipo de trabajos por proyectos es una apuesta fundamental en el aprendizaje significativo de estos niños, ya que les permite adquirir nuevas competencias”. Dicho de otra manera, herramientas para la vida.
LOS EXPLORADORES DE LOS OCÉANOS
En Matosinhos, más concretamente en la Escuela Básica das Ribeiras, se está desarrollando un proyecto que busca el estudio, la sensibilización y la investigación sobre la vida marina, los mares y los océanos, para que los niños comiencen a interiorizar, desde bien temprano, la necesidad de su preservación. Recibe el nombre de Taller de Estudio de los Océanos y está basado en la obra “Mar: Atividiário”, a partir de la cual se investiga la geografía y las características de los océanos y mares del planeta Tierra y sus diferentes ecosistemas.
El proyecto está en fase inicial y comenzará de forma práctica ahora en el tercer trimestre, para aprovechar el buen tiempo. No obstante, debido a las limitaciones derivadas de la pandemia del nuevo coronavirus tendrá que prolongarse hasta el próximo año lectivo. Incluye visitas científicas a las playas y trabajo de investigación, además de abordar la historia de Portugal, llevando a los alumnos de una clase de 3er año a asumir el papel de descubridores. La idea es incluir también a las familias para, en conjunto, tal y como señala la profesora y dinamizadora del proyecto Emília Bento, “realizar un diario de a bordo al estilo de los Descubrimientos sobre un determinado mar u océano, y compartiendo los conocimientos adquiridos con la comunidad escolar”.
Con el premio, la clase espera visitar el Museo de Historia Natural y poder comprar microscopios especiales que permitan, según esta responsable, “estudiar in situ y de manera pormenorizada diversas situaciones de la vida marina y, a partir de ahí, desarrollar una investigación”.
Estos dos proyectos han sido los vencedores de la edición de 2020 de los premios Future Up, creados por la Fundación Galp, en la categoría de proyectos desarrollados por alumnos de 1.º Ciclo de Primaria. Esta distinción lleva por lema el concepto “El futuro está en tu energía” y busca promover un cambio de comportamientos a través de la educación y el conocimiento, explorando y abordando, junto con la comunidad escolar, temáticas como la transición energética, las energías verdes o la movilidad sostenible.