Galp en segundo lugar en la transición energética

Según los Bloomberg’s Climate Transition Scores, las petroleras europeas son las más adelantadas en la preparación de la transición energética, ocupando los cinco primeros puestos del ranking mundial. Juntas, poseen el 78 % de los activos de producción energética a partir de fuentes renovables

Los objetivos a nivel mundial para la descarbonización de la economía son muy exigentes en pro de la sostenibilidad del planeta. Para lograrlos, la transición energética es una realidad desafiantes que felizmente parece estar produciéndose a buen ritmo. A pesar de haber todavía mucho trabajo por delante, según Bloomberg, las compañías europeas lideran el ranking mundial de empresas petroleras que mejor se están adaptando a la transición energética. Total, Galp, Equinor, BP y Royal Dutch Shell, por este orden, ocupan los cinco primeros puestos de la tabla.

Bloomberg’s Climate Transition Scores ha analizado la actividad de 39 petroleras de todo el mundo en base a dos modelos de empresa: el Business Model Transition Score, realizado por Bloomberg NEF (BNEF), y el Carbon Transition Score, elaborado por Bloomberg Intelligence (BI). La confrontación de ambos análisis ha permitido valorar los puntos en los que se encuentran las compañías petroleras actualmente y aquellas metas a las que desean llegar en el futuro en relación con las emisiones de carbono. Pasando por el actual modelo de negocio y las medidas que están tomando para transformarlo en una actividad con un bajo impacto ambiental. En cuanto a los modelos de negocio, BNEF ha analizado, entre las casi cuatro docenas de empresas, factores como la introducción de nuevas tecnologías, el crecimiento del negocio de los combustibles fósiles, el concepto de gobierno corporativo (corporate governance), la adaptación de los modelos de negocio a los diversos pilares que sostienen la actividad y su exposición a los riscos. Por otro lado, BI ha estudiado para cada grupo las emisiones actuales de carbono, así como sus previsiones para el futuro, atribuyendo a cada empresa un indicador de la intensidad actual de emisiones de carbono, su intensidad futura y la reducción prevista.

Los grupos energéticos que ocupan las primeras posiciones (con Galp ocupando el segundo lugar) han alcanzado este nivel debido a los objetivos medioambientales que se han propuesto alcanzar y a las inversiones que están realizando en pro de una correcta transición energética, asumiendo así los elevados riesgos de transición asociados a este sector. Según Bloomberg, las compañías del top 5 poseen 11 GW de producción de energía renovable, lo que equivalente a un 78 % de los activos productores de fuentes renovables, dentro de los 39 grupos analizados.

“La transición hacia una economía de bajas emisiones de carbono en el sector del Petróleo y Gas es compleja y requiere cambios importantes basados en una ruptura progresiva con los modelos de negocio actuales basados en los combustibles fósiles. Los scores revelados por Bloomberg Climate Transition ofrecen una visión global de cómo las empresas se están preparando para esta transición”, indica Patrícia Torres, responsable del área de Sustainable Finance Solutions de Bloomberg a propósito de la importancia del I+D en este sector.

Bloomberg explica también que este ranking compara la actividad de las diversas compañías, por lo que las puntuaciones hacen referencia a la posición frente a la competencia y no indican que las empresas estén preparadas de forma absoluta.

Galp se une a siete empresas para la transición

Lo que es cierto es que las mayores compañías del mundo están dedicando todos sus esfuerzos para que la transición se produzca con celeridad, compartiendo esta ambición. A finales del año pasado, Galp se unió a otros siete gigantes mundiales (BP, Eni, Equinor, Occidental, Repsol, Royal Dutch Shell y Total) para definir los seis Principios de la Transición Energética que soportarán una aceleración colectiva del sector hacia los objetivos del Acuerdo de Paris. La idea es asumir conjuntamente una serie de progresos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, así como la importancia de la transparencia y la alineación de las asociaciones sectoriales con el cambio climático.