Se calcula que, hasta la fecha, más de 15.000 refugiados ucranianos han llegado a nuestro país como víctimas del conflicto armado que conmociona al mundo. La invasión rusa de Ucrania está provocando una crisis humanitaria sin precedentes. Millones de desplazados y refugiados, en su mayoría mujeres y niños, huyen de la guerra en busca de un lugar seguro. Además de recibirlos, hay que acogerlos.
La sociedad civil de varios países se ha unido a los numerosos programas gubernamentales que se están desarrollando para movilizarse conjuntamente en este esfuerzo por responder a esta urgente necesidad de ayuda. Portugal no es una excepción, y Galp es una de las empresas que cuenta con un paquete de iniciativas en marcha para apoyar a las víctimas del conflicto. Para ponerlas en práctica, ha reservado 6,5 millones de euros, que se repartirán entre varias acciones internas y en colaboración con organizaciones que están en primera línea de la ayuda comunitaria, como la Cruz Roja y otras.