Las bajas emisiones de carbono, las energías renovables o los nuevos modelos de negocio son algunos de los retos a los que Galp deberá hacer frente en los próximos años, buscando innovar y reinventar procesos, incorporando nuevas tecnologías y mantiendo el foco y la motivación de los cerca de siete mil empleados que tenemos en todo el mundo. “Estamos desarrollando una serie de proyectos a nivel interno de mejora de los procesos, tecnología y personal con un impacto en toda nuestra actividad comercial”, revela Paulo Pisano, director de personal de Galp.
La innovación y la capacidad de adaptación y respuesta a los cambios no son una novedad para el grupo energético creado en 1999 y ya forman parte de su ADN. No obstante, como indica el responsable, “esto no se consigue de un día para otro”.
Esta transición es fruto del trabajo diario y continuado. “La creación de una cultura de la innovación no es imediata, se construye con el tiempo y la constancia”. Primero –continúa– “es preciso crear un espacio y una cultura en los cuales las personas sientan que pueden innovar y encontrar soluciones creativas a los problemas”. Después, es necesario combinar incentivos, formación, programas de desarrollo personal, entre otras herramientas, que sirvan de apoyo a un proceso de innovación más estructurado en la empresa.
Pero si esta es una tarea difícil para cualquier compañía, en Galp existe un reto añadido. “Somos un conjunto de varias empresas dentro del grupo, algunas centenarias, otras jóvenes, y con culturas distintas”, añade Paulo Pisano. Por ello, es fundamental integrar todas estas diferencias, alinear las estrategias y el camino a seguir, teniendo en cuenta todas las particularidades. “Esta integración es todo un reto que queremos que resulte eficaz, que cree valor y que no se limite solamente a la suma de las partes”, indica.
"La SingularityU presenta una visión de futuro muy en la línea de la de Galp, de creación de valor, altamente orientada a la tecnología y con enfoque en el cliente”
Paulo Pisano cree que, como compañía de éxito, resultaría sencillo para los equipos sentirse cómodos y con una mayor inercia. Pero el inconformismo es una de las palabras que ocupa un lugar preferencial en el léxico del sector energético y, fruto de esa idea, “queremos fortalecer el inconformismo permanente para buscar nuevas oportunidades de mejora y nuevos modelos de negocio”.
Otro reto interno al que debe hacer frente es la mezcla de generaciones que existe entre su personal. “Por primera vez en la historia, tenemos el mayor número de generaciones (cinco) trabajando a la vez, y personas con años de servicio muy diversos”, afirma Paulo Pisano. Una realidad que no es exclusiva de Galp, pero que exige una atención extra por parte del departamento de Recursos Humanos.
Además de la disparidad de edad, Galp también cuenta con un equipo multicultural, integrando a personas de más de 40 nacionalidades en su fuerza de trabajo, así como más número de mujeres en puestos de dirección. "Tenemos que buscar formas de motivación transversal a todo el personal", explica el responsable del área. En su opinión, todos deben sentir que son parte de la empresa, que pueden mejorar y aportar su granito de arena, marcando así la diferencia. “Crear una cultura inclusiva es el camino”.
Una vez más, este no es un paso que pueda darse de un día para otro. “Procuramos tener la capacidad de crear un ambiente no solo diverso sino inclusivo, de autonomía, con espacios para que las personas trabajen juntas, donde sientan que forman parte de la empresa, que pueden crecer y dar lo mejor de ellas mismas, y trabajar estas motivaciones independientemente de la edad de cada uno. Al mismo tiempo”, añade Paulo Pisano. “No podemos olvidar que hay formas de trabajar más adaptadas a la edad, por lo que debemos conseguir comunicar e involucrar al personal de varias maneras, con iniciativas destinadas a públicos diversos”.