El ‘formato’ como combustible

Un estudio realizado por investigadoras de la Universidad Nueva, en Portugal, descubre todos los pasos para la eliminación del CO2 contenido en el aire a partir de proteínas de bacterias, para formar un producto con potencial para ser usado como combustible

Hace mucho tiempo que el ser humano usa aquello que aprende de la naturaleza para su propio beneficio. Desde las levaduras utilizadas para la transformación de azúcares en alcohol, en la producción de vino o cerveza, hasta las plantas usadas para la producción de biodiesel y los compuestos de plantas y microorganismos que han sido aislados por sus propiedades medicinales, entre otras aplicaciones. Muchos han sido los beneficios que la humanidad ha obtenido de todo aquello que descubre en otros seres vivos.

UNA MOLÉCULA ESTABLE

Con la evolución del conocimiento y la disponibilidad de medios y equipos para hacerlo, el trabajo de investigación y experimentación realizado por científicos en todo el mundo, con el objeto de conocer mejor los procesos de la naturaleza, se ha incrementado el número de descubrimientos. Uno de los casos más recientes tuvo lugar en Portugal, que incluyó el estudio de una proteína capaz de capturar el dióxido de carbono del aire y reducirlo a ‘formato’, una sustancia estable que puede usarse, por ejemplo, como combustible.

Inês Cardoso Pereira destaca la relevancia del descubrimiento frente a la poca eficacia de los catalizadores químicos actuales en la reducción del CO2

Las responsables de este trabajo, publicado en la revista especializada ACS Catalysis, Inês Cardoso Pereira, profesora catedrática y subdirectora del Instituto de Tecnología Química y Biológica António Xavier, de la Universidad Nueva de Lisboa, y Maria João Romão, profesora catedrática de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la misma universidad, consideraron muy importante el descubrimiento de esta “molécula muy estable”, ya que los catalizadores químicos actuales son poco eficaces en la reducción del CO2. Pero además, “las reacciones en las que están involucradas funcionan en condiciones energéticas desfavorables, porque se producen a temperaturas o presiones elevadas, dando origen a la formación de diversos tipos de productos”, afirma Inês Cardoso Pereira. No es lo que sucede con el proceso revelado en este estudio, en el que “las proteínas en cuestión son muy estables y se mantienen activas en condiciones normales de presión y temperatura, dando origen a un solo producto, el ‘formato’”.

Maria João Romão apunta a la existencia de diversos estudios que hacen viable la posibilidad de usar el 'formato' como combustible alternativo

Con ese principio de mejora y aumento del conocimiento en relación con el proceso de reducción del CO2 del aire y su transformación en otras moléculas estables, Inês Cardoso Pereira y Maria João Romão han iniciado el estudio de un fenómeno que se produce en plantas y bacterias. La especie seleccionada para el proyecto, Desulfovibrio vulgaris y que ha servido como modelo, “es anaerobia, posee una gran cantidad de proteínas responsables de la eliminación del CO2 y puede ser modificada genéticamente para producir todavía más cantidad de ella”, indica Inês Cardoso Pereira. “La bacteria produce una proteína, la 'deshidrogenasa de formato', que en el fondo es un catalizador de una reacción que producirá a partir del CO2 un combustible alternativo: el formato”, añade Maria João Romão, destacando que el conocimiento de los detalles atómicos de esa proteína permite modificar la enzima y hacerla más eficaz. “Ese es uno de nuestros objetivos en términos de ciencia fundamental y de aquello que podemos hacer para desarrollar un catalizador más eficiente”, explica. El ‘formato’ es líquido, estable a temperatura ambiente y ya existen algunos estudios para su uso como combustible alternativo. “Su producción constituirá además una alternativa a las emisiones de CO2”, concluye Maria João Romão.