“La descarbonización es un desafío para la humanidad”

La tecnología es la herramienta que permitirá allanar el camino hacia la neutralidad carbónica, una meta con fecha marcada para 2050. Sin embargo, este objetivo no será posible sin inversión y sin un mercado global de CO2 que permitan una transición justa, apunta Carlos Gomes da Silva, CEO de Galp

De Lisboa al mundo, el escenario virtual de la edición de 2020 de la Web Summit. Carlos Gomes da Silva fue el principal ponente de la cumbre, quien habló durante 15 minutos de la transición energética en curso, sus desafíos y el papel que desempeña Galp en este proceso. El CEO de la empresa recuerda que la transición energética es un hecho que viene sucediendo desde hace casi dos siglos, a través de una serie de avances tecnológicos, pero “la descarbonización es un reto enorme para la humanidad”, reconoce.

El creciente consumo de recursos naturales y la necesidad de energía que ha venido de la mano del desarrollo del ser humano, tienen a acelerar cada vez más, haciendo crecer las emisiones de gases de efecto invernadero. En los últimos 30 años, recuerda Carlos Gomes da Silva, el mundo y la economía han conocido un avance sin precedentes, mejorando la vida de millones de seres humanos. No obstante, las consecuencias negativas de ello se traducen en un crecimiento de las emisiones de CO2 en un 60 %. En las próximas décadas, añade el CEO, los objetivos son claros: “Continuar mejorando la vida de miles de millones de personas, evitando a su vez los efectos sobre el cambio climático a gran escala y reduciendo al mismo tiempo las emisiones de carbono en al menos un 50 %, en tanto en cuanto logremos desarrollar sistemas energéticos a nivel global capaces de reducir las necesidades energéticas en un 7 %”. Este desafío de dimensiones gigantescas solo es comparable con el sufrido en los últimos 20 años, y esto solo es posible con la ayuda de la tecnología. “La mayoría de tecnologías que permitirán un futuro de bajas emisiones de carbono ya existen o están en desarrollo. Por ello, sabemos que caminamos hacia un punto en el que la pregunta es ‘¿Cómo hacerlo?’, para a continuación preguntarnos ‘¿Cuánto costará?’”, añade.

CONSTRUIR EL ECOSISTEMA PARA LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA

La receta perfecta para una rápida y eficiente transición energética no existe. No obstante, Carlos Gomes da Silva cree que, si se dan las condiciones adecuadas, crearemos el entorno necesario para lograrlo. Tecnología, inversión, mercado global de CO2 y una transición justa, definida a partir de políticas globales que incentiven la cooperación, son los factores que se consideran básicos en este proceso. “Necesitamos construir un entorno de transición energética que no cuente con estos elementos”, afirma.

En lo que respecta a la tecnología, Carlos Gomes da Silva recuerda que esta ha sido “la mayor esperanza para una transición energética más rápida, toda vez que estas herramientas han permitido, en las últimas dos décadas, reducir de forma significativa los costes de la energía. “Del desarrollo de la movilidad EV a la creciente competitividad en materia de solar PV. Y, más recientemente, el hidrógeno, que nadie sabe a ciencia cierta qué cantidad de I+D afectará a la competitividad de cada opción”, destaca.

En lo que respecta a la creación de un mercado global de CO2, el CEO de Galp defiende que la transición energética exige una atención en este sentido, “que tendremos que enderezar de la mejor manera”. Uno de los mecanismos que defiende son los impuestos al carbono, lo que permitirá que diferentes productos y servicios tengan un precio de comercialización basado en el coste de las emisiones de carbono.

La cooperación para el desarrollo sostenible es también un camino relevante para una transición justa que, según opinión de Carlos Gomes da Silva, dependerá en gran medida de políticas de transición que cuenten con un esfuerzo colectivo a nivel nacional, pero también a escala global.
Finalmente, la inversión tan fundamental que se necesita para lograr un objetivo sí de ambicioso, requerirá un esfuerzo importante. “Serán necesarios trillones de dólares de inversión en las próximas décadas. Para que esto ocurra, los inversores tienen que ver que el sector es sostenible, desde el punto de vista energético, pero también desde una perspectiva económica”, añade el CEO.

FOCO EN LA ENERGÍA SOSTENIBLE

Ante un público formado por centenares de personas en todo el mundo, Carlos Gomes da Silva, no quiso dejar de compartir los objetivos y estrategias de Galp de cara a lograr la neutralidad carbónica. La compañía energética, que ha pasado de ser una petrolera a una empresa de soluciones integradas, enfocada al suministro de energía sostenible para el futuro, continúa allanando su camino hacia la descarbonización. “Continuaremos precisando de nuestro negocio ‘upstream’ en los próximos años, pero por otro lado contamos con una de las carteras más competitivas del mundo, tanto a nivel financiero como a nivel de intensidad carbónica, lo que nos permitirá energizar el mundo de forma responsable durante esta transición”, indicaba el CEO. Sin embargo, como asume, es preciso adaptar la oferta a las nuevas necesidades del consumidor y a la creciente regularización del mercado, aumentando así la inversión en eficiencia energética. La expansión de la cartera de energías renovables es un ejemplo de ello: Galp lidera el mercado de la energía solar en la Península Ibérica. Igualmente, la compañía portuguesa apuesta por la gestión de la movilidad gracias a su asociación con la empresa Flow, pionera en soluciones SMM (solución de gestión de movilidad sostenible), que permite a las empresas reducir costes y descarbonizar su movilidad. “El año pasado, con la SMM de Flow, los clientes ahorraron más de 225 euros por vehículo y 500 toneladas de CO2”, añade el responsable de Galp.

Carlos Gomes da Silva destacó también la apuesta por la empresa en UP – Upcoming Energies, la fábrica de innovación que tiene por misión “probar nuevos modelos de negocio, con un enfoque ‘go to market’ que permite integrar las herramientas más recientes en el mercado, además de crear una relación con el ecosistema de innovación”, con vistas a escalar el negocio de forma exponencial.

El camino está marcado, la dirección apuntada y los conocimientos técnicos (humano y tecnológico), perfectamente definidos. Pero, según recuerda Carlos Gomes da Silva, “la transición energética es cara y compleja, además de un proceso ambicioso. Sabemos cómo hacerlo, pero tenemos unos plazos que cumplir con éxito”.