Descarbonización de la energía: una revolución llena de oportunidades

Estados, ciudadanos, sociedad civil y empresas deben unirse para resolver los desafíos creados por la necesidad de transición energética, la descarbonización de la economía y la transición digital, con el objeto de dar el salto tecnológico necesario sin sobresaltos para la economía

El gobierno portugués pretende reducir las emisiones nacionales entre un 45 y un 55 % hasta 2030. Pero las inversiones realizadas en la transición energética y digital necesarias para que esto ocurra deberán ser reguladas y tener en cuenta los Objetivos de Desarrollo Sostenible del milenio, con una financiación estatal basada en incentivos fiscales. Estas han sido las principales conclusiones de la conferencia Descarbonización y Energía, con motivo de las celebraciones del 5.º Aniversario de la Alianza ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) Portugal. Organizada por la Global Compact Network Portugal, la red portuguesa de la iniciativa de sostenibilidad empresarial de la Organización de Naciones Unidas englobó seis áreas de actuación, identificadas como vectores de cambio susceptibles de estimular la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a escala mundial, incluyendo el tema de esta conferencia.

LAS EMISIONES BAJAN Y LA ECONOMÍA DE LA UE CRECE

Según datos de la Comisión Europea, el nivel de las emisiones en la UE se redujo un 24 % entre 1990 y 2019, mientras que la economía creció cerca de un 60 % en el mismo período. Estos datos demuestran que el trabajo realizado hasta ahora en Europa ha funcionado. Pero sus países aún están muy lejos de llegar a los objetivos de reducción de las emisiones acordadas en la Cumbre de París o del anhelo europeo de neutralidad carbónica para 2050.

La consecuencia del cambio climático y el calentamiento global es el reto de la descarbonización, que afecta a todos los sectores y empresas, en particular al sector energético. Constituye uno de los mayores desafíos actuales para la humanidad. En este sentido, los objetivos del Plan Nacional de Energía y Clima apuntan a una nueva reducción de las emisiones hasta 2030 de entre un 45 y un 55 % en relación con 2005, un aumento del 35 % de la eficiencia energética, de un 47 % de la producción de energía renovables, de un 20 % del uso de energías renovables en el transporte y de un 15 % en las conexiones eléctricas. Son datos de Filipe Duarte Santos, profesor catedrático jubilado de Física en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa y presidente del Consejo Nacional de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, a debate en la conferencia digital Descarbonización y Energía.

Para Teresa Ponce de Leão, presidenta del Consejo Directivo del Laboratorio Nacional de Ingeniería Civil (LNEG), esta “es una fase que implica una gran revolución, pero también enormes oportunidades”. El Pacto Ecológico Europeo pretende la descarbonización de todos los sectores de actividad, apelando a la integración de los sistemas y a la adaptación de los sectores, por lo que la agenda de la Unión Europea y de los países que la forman se centra ahora, sobre todo, en la transición energética para resolver el problema de la descarbonización y en la transición digital de modo que pueda darse el salto tecnológico necesario sin sobresaltos para la economía. Además de esto, los principales desafíos actualmente de Europa y del mundo son la superación de la pandemia del Covid-19 junto con los problemas demográficos y las desigualdades sociales y económicas. Para Carlos Costa Pina, administrador ejecutivo de Galp, todos estos temas son importantes y requieren un enfoque conjunto, no solo de los estados y de los poderes y políticas públicas, pero también de los ciudadanos, de la sociedad civil y de las empresas. “Si hay cosas que los Objetivos de Desarrollo Sostenible fomentan es la conjugación de esfuerzos de todos los implicados”, defendió el responsable, añadiendo que “no es algo que el mercado consiga resolver solo”.


También será fundamental “una regulación integrada en Europa para todos los sectores y vectores energéticos”, como defiende Teresa Ponce de Leão, y que los proyectos a financiar sean evaluados según los ODS. De este modo se puede invertir solamente en aquellos proyectos desarrollados en base a sus indicadores. “De otro modo no habrá coherencia en la aplicación del dinero”, explicaba.

REFORMA FISCAL DEL MEDIO AMBIENTE

Además de defender la reforma fiscal del sector de la energía y el medio ambiente, João Dias Coelho, presidente de la Comisión Ejecutiva del Grupo de Estudios de Ordenación del Territorio y el Medio Ambiente (GEOTA), destacó a su vez que la mejor manera que tiene el estado de invertir en la transición energética es a través de la creación de incentivos fiscales para empresas y particulares, porque “el estado tiene que invertir, pero hacerlo bien, reservando las ayudas solamente para los más necesitados, para que todos tengan acceso”.

En el debate también se habló de las diversas soluciones renovables para la descarbonización de la economía portuguesa, en especial la energía solar, cuya tecnología está en el mercado a precios muy competitivos. Según Pedro Furtado, director de Regulación y Estadística de la REN, “el desafío actual se encuentra en la integración de esta energía renovable en el sistema en condiciones de seguridad de abastecimiento para los consumidores finales”.