Portugal gana dimensión crítica en la sector industrial de las baterías

El clúster industrial portugués de las baterías será lanzado este mes de mayo, reuniendo en su fase inicial a 20 empresas y 30 entidades relacionadas con el sector

El objetivo es reunir toda la cadena de valor de las baterías (desde la minería hasta el reciclaje, pasando por la fabricación de todos los componentes) dentro de una red de colaboraciones capaz de competir a escala mundial. En primera línea de esa colaboración se encuentra el Laboratorio Ibérico Internacional de Nanotecnología (INL), que lidera la investigación con vistas a las nuevas generaciones de baterías.

Ya vamos “con unos meses de retraso”, afirma Pedro Salomé. Sin embargo, este líder en investigación en nanofabricación del INL cree que el Portuguese Battery Cluster es el único camino posible para Portugal para crear un sector industrial ligado a la producción de baterías capaz de crear una cadena de valor capaz de competir en el mercado internacional.

“Es muy difícil atraer interés con una sola empresa nacional, por muy grande que esta sea, ya que no tiene peso suficiente para atraer inversión”, comenta Pedro Salomé. Hace mucho que el INL identificó esa oportunidad y viene trabajando para reunir socios en áreas como la industria o la financiación, en un proceso que ya viene de 2018. “El proyecto movilizador de baterías 2030 ha sido nuestra primera piedra y esta ha sido la justificación para adelantarnos con este clúster industrial”. Este proyecto, que se encuentra en la génesis del clúster de las baterías, cuenta con una financiación de 9 millones de euros y ha logrado reunir a 23 socios, entre ellos 14 empresas portuguesas, con el objetivo de dinamizar tecnologías relacionadas con las baterías, buscando transformarlas “en el elemento central de las próximas redes del futuro de la electricidad urbana”, subraya Pedro Salomé.

El proyecto Baterías 2030 tiene como objetivo instalar, hasta 2023, una serie de equipamientos en la ciudad de Braga, que servirán para mostrar las tecnologías de generación, almacenamiento y gestión de energía que a día de hoy no existen. “Esto, con el fin de trabajar en las microrredes del futuro, donde las ciudades son los principales consumidores de gran parte de la energía consumida en el mundo. Y si estas consiguen formar parte de esa gestión y producir a un nivel local, tendría enormes beneficios económicos, financieros, ambientales, de la propia independencia de las personas y también una gran resiliencia de las redes logísticas a varios niveles”, concluye el investigador del laboratorio ibérico de nanotecnología.

BATERÍAS INTELIGENTES

Pedro Salomé no tiene dudas de que las baterías serán cada vez más inteligentes y estas serán quienes aprovechen el proceso de descarbonización preparando el futuro energético. Pero avisa que es necesario observar diversas tecnologías o, dicho de otra forma, apuntar a la investigación en varias direcciones, porque “una cosa es una batería eléctrica para la industria del automóvil y otra una batería fija para una empresa. Las dos cuentan con requisitos y funciones completamente diferentes”, lo que significa que no estamos hablando solo de baterías de iones de litio, con elementos semilíquidos, sino de nuevas generaciones de baterías: “todos los roadmaps industriales apuntan al predominio de las baterías en estado sólido, donde todo sea sólido”. Son las baterías de 5.ª generación, una vanguardia hacia donde el INL busca dirigir sus supermicroscopios y sus esfuerzos de investigación a corto plazo.