Solución agrovoltaica probada en Lisboa

Proyecto-piloto Agrovoltaico, desarrollado gracias a la colaboración entre Galp y el Instituto Superior de Agronomía, el cual busca poner en valor el potencial de la sombra provocada por los paneles solares y mitigar así el efecto del cambio climático en la viña

Galp, en colaboración con el Instituto Superior de Agronomía de la Universidad de Lisboa (ISA), está desarrollando una prueba-piloto de paneles fotovoltaicos en una viña da Tapada da Ajuda, en Lisboa, dando nuevo enfoque sostenible a la viticultura.

Las energías renovables, como la solar fotovoltaica (PV) o la eólica, están sufriendo una rápida expansión. Según Emilien Simonot, Head of Renewables & Energy Management Innovation Center, "estas son fundamentales para la descarbonización de los sistemas de producción de energía y para la economía, además de constituir una solución para la actual crisis de precios de la energía".

SOLUCIÓN PARA LA REGIÓN MEDITERRÁNEA

Los paneles solares en la actualidad cubren tejados de casas y campos, aunque cada vez más se observa una tendencia al uso múltiple del terreno, combinando, en un mismo lugar, la generación de energía y la producción agrícola, lo que llamamos ‘agrovoltaicos’.

"Convencida de que estas soluciones son ventajosas para la sociedad, Galp es actualmente uno de los mayores operadores de activos solares fotovoltaicos de la Península Ibérica y una de las empresas más avanzadas en proyectos agrovoltaicos", defiende Emilien Simonot. El directivo de Galp también considera que la cooperación es esencial para crear los mejores equipos y las técnicas adecuadas que permitan la mejor integración posible de la agricultura con la energía solar fotovoltaica. Para ello, Galp está conectada activamente y comparte datos con proyectos similares en Francia, Italia, España, Alemania y Países Bajos. "Algunos de estos proyectos han estado en funcionamiento durante algunos años, beneficiándonos del conocimiento ya generado; otros, por su parte, como el que se desarrollará en Lisboa, apenas están comenzando", indica. El proyecto Agrovoltaico, que se llevará a cabo en el ISA, se denomina "Vinum Solis", un nombre que en latín significa "Vino del Sol".

Emilien Simonot señala que Galp es uno de los mayores operadores de activos solares fotovoltaicos de la Península Ibérica y una de las empresas más avanzadas en proyectos agrovoltaicos

En opinión de Carlos Lopes, profesor de Viticultura del ISA, este proyecto surgió de un contacto directo de Galp con la institución. "Casualmente, acababa de llegar de una feria de equipos para la bodega que tuvo lugar en Montpellier, Francia, donde tuve contacto con una empresa dedicada a la realización de este tipo de pruebas", revela, y añade que ya tenía "curiosidad por lo que esta tecnología podría aportar a la producción de uvas y vino en un país cálido y mediterráneo como es Portugal". Es por ello que "la invitación de Galp también ha surgido como una ventana de oportunidad para que nosotros, los investigadores y profesores, probemos una medida para adaptarnos al cambio climático con ciertas probabilidades de éxito". Vino del Sol".

REDUCIR LA RADIACIÓN

El aspecto más importante de este proyecto piloto "es probar una tecnología que podría convertirse en una medida de adaptación al cambio climático para el sector vitivinícola", dijo, señalando que los paneles también se destinarán a la producción de energía para alimentar parte del consumo de ISA. La idea es que la cobertura parcial o total de la viña con los paneles solares contribuya a reducir la radiación que incide sobre las plantas, provocando respuestas positivas en cuanto al desarrolo vegetativo y reproductivo y de calidad de la uva y el vino. Esto demostraría que la tecnología permite mitigar algunas de las consecuencias negativas del cambio climático.

Para Carlos Lopes, el proyecto piloto con Galp permitirá a investigadores y profesores "probar una medida de adaptación al cambio climático con ciertas probabilidades de éxito"

La reducción de la radiación debe disminuir el estrés luminoso y térmico de la planta durante el verano, "dando lugar a niveles más favorables desde el punto de vista fisiológico, con respecto a la fotosíntesis, por ejemplo, al tiempo que se reduce la evapotranspiración y, por ende, el consumo de agua de la planta, un bien cada vez más escaso”, explica Carlos Lopes. Por otro lado, se espera que el proceso tenga un impacto positivo en términos de maduración de la uva, conservación de aromas y acidez total, con repercusiones en la calidad del vino. "Estas son algunas de las ventajas potenciales de usar esta tecnología", afirma. Por supuesto, todo esto no son más que hipótesis, que se evidenciarán en el proyecto piloto. "Durará tres años, porque estamos tratando con un cultivo perenne y no podemos obtener respuestas con tan solo un año de pruebas", concluye el profesor, quien espera que los ensayos se extiendan a otras variedades, si los resultados son positivos.