Un ejercicio sencillo de futurología energética

Carlos Gomes da Silva, CEO de Galp, sobre hidrógeno y movilidad

En la novela de Julio Verne, “La Isla Misteriosa”, publicada en 1874, el protagonista del libro, Cyrus Harding, afirma que “el agua se utilizará un día como combustible, mientras que el hidrógeno y el oxígeno que la componen, ya sea de forma aislada o conjunta, constituirán una fuente inagotable de luz y calor”. El agua, afirma Harding, se descompondrá, “sin duda utilizando electricidad”, en hidrógeno y oxígeno.

Aunque muchas de las reflexiones de Julio Verne siguen perteneciendo al maravilloso mundo de la fantasía, este no es el caso del hidrógeno: la hora del hidrógeno ha llegado. Hoy está absolutamente claro el papel fundamental que tendrá el hidrógeno en el mix energético global, con la perspectiva de un modelo de desarrollo sostenible que reduzca los efectos del cambio climático. Tengo la convicción de que el hidrógeno será uno de los pilares de la transformación energética y de la descarbonización de los transportes y la industria. Permitirá la integración a gran escala de las energías renovables así como su almacenamiento. Integrará también la distribución de energía entre sectores y regiones, abriendo un nuevo mundo de increíbles oportunidades. El potencial es inmenso, aunque existen todavía retos que superar para implementar esta fuente de energía a gran escala.

En el planeta Tierra existe muy poco hidrógeno en estado puro, toda vez que este se encuentra generalmente unido a otros elementos, obligando a su extracción. El proceso de extracción implica un alto consumo de energía; además, el 95 % del hidrógeno producido de forma industrial requiere el uso de combustibles fósiles, sobre todo el gas natural, con la consiguiente emisión de CO2. Para que la producción de hidrógeno resulte rentable como fuente de energía limpia, a través del método de la electrólisis, se requiere una mejora de dicho proceso que implique una reducción de los costes.

Pero existen otros obstáculos. En condiciones de presión normales, el hidrógeno ocupa un gran volumen, limitando la capacidad de almacenamiento y transporte. En este contexto, los desafíos del hidrógeno como fuente energética pasan por un desarrollo tecnológico que facilite su compresión, almacenamiento y transporte.

Aun así, a corto plazo, el hidrógeno podrá desempeñar un papel muy relevante en movilidad sostenible. La industria automovilística se encuentra a la vanguardia de esta transformación. Algunos modelos de vehículo son ya una realidad comercial y están disponibles para el gran público en una serie de mercados. Mientras tanto, otras muchas marcas se van incorporando a este movimiento mediante el desarrollo y prueba de vehículos, tanto ligeros como pesados, impulsados con hidrógeno.

Las últimas evoluciones tecnológicas presentan resultados esperanzadores en lo que respecta a la autonomía y desarrollo de los vehículos, revelando un comportamiento en carretera muy similar al de los automóviles impulsados por motores de combustión.

En el ámbito europeo, a parte de los proyectos de movilidad eléctrica, también hay en curso otra serie de proyectos de movilidad relacionados con el hidrógeno que buscan expandir la red de suministro y las respectivas flotas de vehículos públicos y privados. Los más destacados son: Hydrogen Mobility Europe, ZEFER, JIVE y H2 Mobility.

Cabe señalar que los caminos para la movilidad sostenible son diversos. Las tecnologías de vehículos eléctricos de batería coexistirán con los automóviles de pila de combustible (fuel cell). La inversión en investigación y desarrollo tecnológico, así como en infraestructuras, debe por ello ser transversal.

Actualmente, las diferentes tecnologías compiten entre sí y a la vez son complementarias. Las políticas públicas deben así promover la creación de un ambiente que permita el desarrollo de las diferentes soluciones tecnológicas de forma transversal, en sana competencia.

Galp, como empresa integral de energía enfocada a la movilidad, ha invertido en la implementación de todas estas alternativas, siguiendo una lógica de complementariedad, lo que ha permitido que Portugal se mantenga a la vanguardia en el acceso a fuentes de energía más limpias asociadas a la movilidad y ligadas a las grandes redes europeas a través, por ejemplo, de nuestra red en España.

Hemos implementado una red nacional de GPL-Auto, también en España, la cual tenemos previsto redoblar potenciando el uso de esta energía más económica y ecológica.

Estamos realizando la misma labor con el Gas Natural Vehicular (GNV), una fuente de energía fundamental para la descarbonización del transporte pesado por carretera que actualmente se encuentra en fase inicial de implementación. En este caso, la red de distribución, aún sin cobertura geográfica generalizada, permite ya conectar directamente con Francia.

Seguimos estando a la vanguardia de la movilidad eléctrica, siendo pioneros a nivel europeo en la instalación del primer punto rápido de carga eléctrica. En la actualidad, contamos con una red que permite cruzar Portugal de norte a sur. Creemos en el desarrollo sostenible del mercado de suministro eléctrico el cual también estamos expandiendo y cuya arquitectura se encuentra en la fase de diseño.

En lo que respecta al hidrógeno, nos encontramos también en una fase inicial de definición de la red mínima de soporte, imprescindible para el despegue de este tipo de movilidad en Portugal, sin dejar de estar a la vanguardia de esta tendencia global.

Miramos al futuro y somos conscientes de la importancia y la responsabilidad que tenemos en la transición energética de Portugal.

Julio Verne era también un inigualable visionario.