Lisboa está cambiando

A apenas dos meses de convertirse Lisboa en Capital Verde Europea 2020, Francisca Ramalhosa pasa revista a las apuestas del consistorio municipal por la movilidad, destacando el trabajo que se está haciendo para mejorar la capacidad de respuesta de la ciudad a las necesidades del momento del tráfico

La población de Lisboa se duplica todos los días. Además de sus habitantes, la ciudad recibe cientos de miles de personas de los concejos limítrofes, que se desplazan para trabajar y que pasan buena parte del día en la capital. Por ello, quien trabaja en el área de movilidad de su ayuntamiento procura responder sobre todo a la población que circula y se mueve por Lisboa y no solo a sus ciudadanos.

Francisca Ramalhosa, directora municipal de Movilidad y Transporte del Ayuntamiento de Lisboa, cuando asumió el cargo encontró particularmente desafiante el tiempo que se estaba viviendo en la ciudad en lo que respecta a la movilidad. “El contexto nos permitía arremangarnos y aceptar los desafíos de los distintos públicos en relación con la movilidad”, explica. Añade que en Lisboa se está haciendo mucho y todavía se verá más de aquí a dos años.

La principal apuesta de la ciudad se está desarrollando en Carris, donde tienen lugar inversiones para la compra de equipos y contratación de un mayor número de personas. El objetivo es aumentar el número de carreras y su frecuencia. “También estamos ampliando el número de kilómetros de carril bus, con la apertura de cuatro nuevos pasillos que den prioridad al transporte público” –añade–, indicando también que existen soluciones con vehículos más pequeños para los barrios tradicionales.

MEDIOS AMIGABLES DE TRANSPORTE EN ALTA

Por otro lado, existe una apuesta fuerte por los medios amigables de transporte, como las bicicletas, patinetes y motos eléctricas compartidas. “Trabajamos con una serie de operadores privados que deben respetar las reglas que nos imponemos, mientras que nuestro papel es crear respuestas a sus necesidades”, afirma Francisca Ramalhosa. En esta área, EMEL es la operadora de las bicicletas Gira. El negocio, según la responsable, está siendo todo un éxito y la empresa reforzará el número de estaciones y bicicletas en los próximos años.

Además del transporte público y de los medios amigables de desplazamiento por el interior de la ciudad, habrá siempre quien opte por el transporte individual. Estos deben entrar y salir de la ciudad en las mejores condiciones. Por ello, “el Ayuntamiento de Lisboa está invirtiendo de manera importante en tecnología dentro del área de gestión de semáforos y tráfico”, revela Francisca Ramalhosa.

La modernización de los controladores de los semáforos, proceso actualmente en marcha, permitirá, una vez concluido, adquirir un nuevo sistema de gestión que permita adaptar su funcionamiento a las condiciones de tráfico del momento. Es algo que hoy no sucede. En caso de accidente en una zona de tráfico elevado, “Lisboa debe contar con un sistema que permita recalcular y adaptar las formas de hacer que el tráfico fluya” explica la directora.

MOVILIDAD SOSTENIBLE

Para conceder a Lisboa el título de Capital Verde Europea 2020, la Comisión Europea ha considerado relevante invertir en la movilidad compartida y no contaminante así como en la búsqueda de soluciones innovadoras. Pero a medida que las cosas se dirigen hacia una movilidad más sostenible e inteligente dentro de la ciudad, todavía hay mucho por hacer en relación con las miles de personas que entran y salen de Lisboa todos los días. “Además de infraestruturas como parques disuasorios y periféricos, es necesario crear herramientas digitales que nos permitan saber cuáles son los mejores recorridos para llegar a cualquier lado”, defiende Francisca Ramalhosa. Posteriormente, “es necesario actualizar las interfaces entre medios de transporte público, las cuales fueron diseñadas para una realidad que no es la actual”. Mejorar las condiciones para quien quiera desplazarse en transporte público continua siendo una de las prioridades en una ciudad que se va preparando para el ambicioso objetivo que Portugal se propone dentro de la Hoja de ruta para la neutralidad del carbono 2050.