La Unión Europea quiere pedalear por todos

El modelo de financiación para la movilidad urbana en Europa no está cerrado todavía, pero todo parece indicar que la bicicleta formará parte del paquete “Green Deal” o Pacto Verde. En Portugal, existen ya ayudas a la compra de este medio de transporte, que podrían ser complementadas con fondos europeos

La promesa de una Europa más verde, sostenible y responsable representa el eje central del liderazgo de Ursula von der Leyen en la Comisión Europea, quien se comprometió a dar cuerpo a la estrategia ecológica del Green Deal en los primeros 100 días de su mandato. El paquete de medidas está siendo coordinado por el vicepresidente, Frans Timmermans, quien ha anunciado ya la intención de incluir la bicicleta en las medidas de financiación europea.

En concreto, los planes de ayuda a la compra de este tipo de vehículos incluirán elementos relacionados como la creación de un millón de puestos de recarga eléctrica, así como infraestructuras de transporte sostenibles, entre las que se encuentran los carriles bici. La firma dedicada a la movilidad urbana del Pacto Ecológico Europeo deberá contar con 20 mil millones de euros. Sin embargo, y a pesar del entusiasmo del sector, la CONEBI – Confederación Europea de Industrias de la Bicicleta recuerda que “el proceso está lejos de terminar porque estos anuncios necesitan transformarse en planes y presupuestos que puedan ser repartidos por la UE”.

Carril bici en Lisboa. La ciudad es Capital Verde Europea 2020 y el Ayuntamiento ha anunciado recientemente un programa para incentivar la compra de bicicletas

En Portugal, el Ministerio de Medio Ambiente y Acción Climática ha aprobado este mismo año un complemento al Incentivo para la Introducción en el Consumo de Vehículos de Bajas Emisiones, que contempla ayudas económicas específicas para la compra de bicicletas, ya sean convencionales o eléctricas, para empresas o particulares. En el caso de las versiones eléctricas, el Fondo Ambiental coparticipa al 50 % del valor de compra, hasta un límite de 350 euros, y al 10 % para bicicletas convencionales, hasta un límite de 100 euros.

Durante la pandemia del covid-19, Fernando Medina anunció ya la creación de un programa para incentivar la compra de este medio de transporte para los habitantes de Lisboa, que puede sumarse a las ayudas del Gobierno. La ciudad lisboeta, que este año es Capital Verde, financiará a través del fondo de movilidad, hasta el 50 % del valor de compra de la bicicleta: hasta 100 euros para bicicletas convencionales (exclusivo para estudiantes), hasta 350 euros para bicicletas eléctricas y hasta 500 euros para vehículos de carga. En total, la dotación de este paquete de medidas ambientales alcanza los 3 millones de euros.

LA PANDEMIA HA ACELERADO EL NEGOCIO

El impacto inicial del covid-19 en Portugal ha obligado a interrumpir la actividad de Esmaltina, empresa de Sangalhos especializada en el montaje de bicicletas, aunque al cabo de dos semanas los trabajadores volvían a sus puestos en la línea de producción. Paulo Lemos explica que comenzó a recibir numerosos pedidos del extranjero, una grata sorpresa que obligó al administrador a contratar a 30 personas para poder satisfacer la demanda. Acostumbrados a exportar cerca del 80 % de la producción, asiste ahora al crecimiento de la empresa con cinco décadas de existencia, gracias a la demanda de países como España, Reino Unido, Francia y Alemania.

A parte de dispararse las ventas en período de pandemia, Carlos Siopa confiesa que nunca había asistido a un fenómeno de esta dimensión, en más de veinte años de la empresa en el mercado.

Carlos Siopa, propietario de una tienda especializada en la venta y mantenimiento de bicicletas, dice sentirse sorprendido por la oleada de clientes que en los últimos meses ha contactado con CCBikes, en São Domingos de Rana, para comenzar o volver a pedalear. “No lo esperábamos”, admite.

En apenas una semana han agotado el stock propio y ya están haciendo pedidos a su proveedor de Taiwán para 2021. A parte de dispararse las ventas en período de pandemia, Carlos Siopa confiesa que nunca había asistido a un fenómeno de esta dimensión, en más de veinte años de la empresa en el mercado. La explosión de la demanda ha hecho que estos últimos meses sean los mejores de la historia de CCBikes, reconoce.

“Ya estábamos al límite de nuestra capacidad con el servicio de mantenimiento”, explica a Energiser, añadiendo que la bicicleta es una alternativa cada vez mayor al transporte público en tiempos de covid-19. Todo aquel que tenía una bicicleta parada y casi olvidada, la ha recuperado como forma de huir de la concentración de personas en autobuses y trenes, recuperando así el deseo por pedalear.
Sobre la creación de instrumentos europeos de financiación a la compra de bicicletas, Siopa cree que será una forma de mantener la demanda y fomentar el crecimiento del mercado nacional.