Lisboa entre las ciudades europeas con mejor movilidad urbana

La capital portuguesa destaca en el índice de movilidad, elaborado por Microsoft entre 29 ciudades, debido al retorno proporcionado por las medidas de movilidad urbana inteligentes adoptadas, pero también por un conjunto de retos complejos por resolver

Uno de los aspectos más visibles en lo que se refiere a movilidad urbana en Lisboa es la cantidad de carriles bici que han surgido en los últimos años (con cerca de 90 km en total), así como el número de bicicletas que pueden observarse en las calles de la ciudad lisboeta. La red de bicicletas compartidas GIRA, gestionada por EMEL, cuenta ya con 600 unidades, distribuidas en 80 estaciones o puntos de recogida, y es una de las opciones de movilidad propuestas por el Ayuntamiento de capital lusa. A esta se une el apoyo a la compra de bicicletas por parte de los ciudadanos, otra iniciativa municipal a sumar al programa gubernamental con el mismo objetivo: contribuir a la menor circulación de coches dentro de la ciudad.

Estos, y otros proyectos, han ayudado a obtener la buena clasificación de Lisboa en algunos de los criterios del Índice de Movilidad Inteligente, desarrollado por Microsoft, entre 29 países europeos. En esta clasificación, la capital obtuvo la segunda posición en la categoría de calidad de las carreteras, la cuarta si hablamos de retorno de las medidas de movilidad urbana adoptadas, y la quinta en relación con el uso de coches eléctricos y niveles de concentración de partículas finas en el aire, un 36 % por encima de la media. El uso de transportes impulsados con energía renovable sitúa a Lisboa en el sexto lugar de este índice, mientras que si nos atenemos al nivel de adecuación frente al volumen de tráfico la ciudad lisboeta ocupa el séptimo lugar. Finalmente, en términos de apuesta por los medios de locomoción más verdes, Lisboa se encuentra en mitad de la tabla.

Los resultados del estudio de Microsoft parecían retratar una ciudad moderna, eficiente y sostenible, mientras que otros indicadores analizados afectan a su rendimiento. El tiempo empleado en los medios de transporte de la ciudad, a pesar de alternativas como los patinetes eléctricos o las bicicletas, y las inversiones públicas en infraestructuras de movilidad urbana, envían a la capital portuguesa al final de la tabla, lo que resulta en una insatisfacción de los residentes. Según el índice de Microsoft, solo Atenas presenta un nivel de insatisfacción similar a Lisboa.

La pandemia ha desacelerado la inversión

Para resolver los desafíos que ha traído consigo este escenario, los responsables del estudio recomiendan definir una serie de estrategias innovadoras cuya implementación y puesta en práctica corra a cargo del consistorio municipal, junto con empresas de tecnología y empresas de transporte públicas y privadas. “El concepto de movilidad transita hacia un sistema más inteligente, impulsado por la conectividad, datos en tiempo real e inteligencia artificial”, afirma Paula Panarra, directora general de Microsoft, preguntada sobre las conclusiones de esta encuesta.

A nivel municipal, y a lo largo de los últimos años, se han sucedido proyectos e iniciativas para hacer la ciudad más “verde”, tanto en lo que se refiere a los objetivos de sostenibilidad ambiental, como en lo relativo a la movilidad. Además, en 2020, Lisboa fue considerada Ciudad Verde Europea, sucediendo a la noruega Oslo, pero la pandemia obligó a posponer algunas de las iniciativas previstas, trasladando la visibilidad a otras que, a pesar de los condicionantes, sí que avanzaron.

Por concretar, pero con la promesa de concluir el proyecto en 2021, encontramos la ZER (Zona de Bajas Emisiones), una zona sin coches y con máxima reducción de los niveles de CO2, que tiene previsto instalarse en la zona de Baixa-Chiado. Según reveló el concejal de Medio Ambiente, Energía y Clima, José Sá Fernandes, en una entrevista reciente, el proyecto todavía no ha avanzado debido a las restricciones de la pandemia, pero saldrá del cajón en breve.