«Gracias por todo lo que habéis hecho por nosotros»

Jóvenes del Programa Mentores Galp agradecen a sus mentores, a Galp y a su fundación la entrega de ordenadores y la continuación de las sesiones, lo que les permite seguir las clases a distancia

La frase es de Mariana Duarte, miembro del grupo de 28 jóvenes del Programa Mentores Galp, cuyas sesiones presenciales tienen lugar todos los miércoles en las Torres de Lisboa y que han pasado a hacerse vía digital. En un momento en que, al igual que otras estructuras y sistemas, la educación en Portugal pasó a impartirse desde casa y el tercer trimestre comenzó con clases a distancia, se calcula que hay más de 50 000 alumnos que no tienen ordenador ni acceso a internet, lo que perjudica gravemente su asistencia y el desarrollo de su escolaridad.

Desde que el coronavirus dio sus primeras señales en Portugal, Galp y su fundación han respondido a peticiones de ayuda de los más diversos sectores y sistemas, incluido el reparto de ordenadores a estudiantes en una situación económica desfavorecida. Considerando fundamental incentivar a niños y jóvenes a continuar con sus estudios incluso en una situación sin precedente y que plantea grandes dificultades, para que la adaptación a esta nueva realidad sea posible, disponer de ordenadores es esencial.

Los jóvenes aprovecharon la oportunidad para agradecer a sus mentores, a Galp y a su fundación el apoyo escolar que siguen ofreciendo y por permitirles seguir más fácilmente las clases en esta situación de pandemia.

Mariana Duarte, 9.º año (equivalente a 3.º de la ESO)

«Gracias es la palabra. Por las explicaciones, por las comidas, por vuestra paciencia, por el transporte, por regalarnos un ordenador. Gracias por todo lo que habéis hecho por nosotros, incluso en esta situación, en la que continuáis resolviendo nuestras dudas y ayudándonos con las clases. En mi caso, ¡el ordenador fue una gran ayuda!»

Alexandra Duarte, 9.º año

«Gracias por el detalle de regalarlos los ordenadores. Para algunos trabajos hacen mucha falta. También fue muy importante que os ofrecierais a aclarar nuestras dudas. No hablo solo por mí, sino por todos aquellos para quienes vosotros marcáis la diferencia. Yo he conseguido subir las notas con vuestra ayuda».

Tomás, 8º ano “Agradeço esta oportunidade! Com um computador, sinto que consigo cumprir os meus objetivos escolares!!”

Miriam, 9º3 “Queria agradecer à GALP pelo computador, pois sem esta ajuda não teria conseguido realizar os meus trabalhos. Muitíssimo obrigada!!”

Bélita, 8º1 “Obrigada pelo computador. Como não tinha possibilidades de ter um, gostei muito de o ter recebido e de ter conseguido fazer os meus trabalhos desta forma.”

Subtítulo: Los mentores continúan dando clases particulares a distancia

La donación de ordenadores a alumnos que no tenían este equipamiento facilitó la conexión, que continuó incluso durante la pandemia. En casa, mediante sistemas y redes en línea como Teams o Whatsapp, los jóvenes siguen recibiendo clases particulares y los mentores continúan acompañando su evolución escolar.

De este modo, mentores y alumnos del Programa EPIS siguen pudiendo tener y dar clases y creen que está funcionando bien. Joaquim Marques, comercial auxiliar del departamento de Gestión de la Información e Informes, le da clases de matemáticas de 9.º año a Arthur Santos, y señala: «Los sistemas han ayudado bastante y fue un día productivo, con esfuerzo por parte de Arthur. La sesión comenzó a la hora fijada y la interacción funciona bien».

Laura Carvoeiro, aprendiz del Centro de Excelencia para la Industria 4.0 de la Dirección de TI y Digital, su compañera en las clases, añade que está resultando sencilla esta reorganización en línea de las clases y alaba a su alumno diciendo: «Es un chico bastante aplicado, lo que siempre facilita las clases. Ahora mismo tenemos clase todos los miércoles por la mañana, y alternamos entre yo y Joaquim, como ya hacíamos en las Torres».

Con la agenda escolar de los jóvenes tan o más llena que de costumbre, hay otros grupos que optan por ofrecer su disponibilidad para que cuadren las agendas de todos. En un situación tan particular para todos, y en unos tiempos tan difíciles, como los describe Beatriz Forte, especialista comercial del departamento Comercial de Upstream, que da clases de matemáticas de 9.º año a Alexandra Duarte, una de las estudiantes que recibió un ordenador, comparte cómo ha ido todo en esta etapa de adaptación:

«Vivimos tiempos difíciles, tiempos de cambio, de adaptación, adaptación a una realidad que no era la nuestra, pero a la que tuvimos que reaccionar y responder. La responsabilidad social pesó más y tuvimos que reestructurar todas nuestras rutinas y dinámicas, que tuvimos que sustituir por otras formas de estar presentes.

Fue con esta constante voluntad de seguir a los menores en momentos de «dar y recibir» que continuamos dándole clases a Alexandra. Nuestro restaurante colectivo pasó a la pantallita del ordenador o del móvil. Pero, dada la imposibilidad de hacer videollamadas, tuvimos que buscar soluciones alternativas para seguir ofreciendo el máximo apoyo. Encontramos un término medio y pasamos a hacer otro uso del Whatsapp, donde se intercambian dudas y respuestas en forma de mensaje, vídeo o imagen. A pesar de que no nos comunicamos en persona, algo tan importante en esta dinámica, decidimos no rendirnos y nos mantuvimos presentes».

Abílio Ribeiro, además de seguir compartiendo sus conocimientos con Miguel Tavares, a quien da clases de inglés de 8.º año (2.º de la ESO), habla sobre las incertidumbres y los tiempos de cambio sentidos por otros mentores y hace referencia a la responsabilidad de conciliar el teletrabajo con la educación de los hijos para sustituir a las guarderías y los colegios.

Sin embargo, elogia las iniciativas que Galp ha desarrollado respecto a su respuesta a la emergencia en un espacio de tiempo tan corto, en beneficio de sus empleados y de la sociedad en general, y acaba diciendo que continuar con las clases es cumplir con su papel. Considera que es fundamental en este momento, ya que todos estamos remando en la misma dirección, y que siempre habrá un espacio para las cosas que realmente nos motivan».