Nos encontramos en el momento idóneo para explorar el potencial del hidrógeno dado que este elemento desempeñará un papel fundamental en un futuro de energía limpia, segura y accesible. Esa es la conclusión de un informe desarrollado este año por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) sobre la situación actual del uso de la molécula, que lanza una serie de pistas sobre su desarrollo futuro. El Hydrogen Tracking Report destaca que el hidrógeno está siendo objeto de un desarrollo sin precedentes, tanto a nivel político como a nivel comercial, a medida que crece el número de decisiones políticas en este sentido y que surgen nuevos proyectos en todo el mundo. Frente a esta situación, concluye que es el momento de expandir tecnologías y de reducir los costes para permitir que esta materia prima se utilice de forma generalizada.
ALTA VERSATILIDAD
Las tecnologías disponibles actualmente permiten producir, almacenar, mover y usar la energía del hidrógeno de forma diversificada. Se trata de uno de los elementos que conforman el aire de la atmósfera y el agua. Además, puede producirse a partir de una gran variedad de fuentes energéticas, como las energías renovables y la energía nuclear, o de combustibles fósiles como el gas natural, el carbón o el petróleo.
El hidrógeno se puede transportar en forma de gas a través de gasoductos o bien en forma líquida a través de barcos, similar a lo que sucede con el gas natural licuado (GNL). Igualmente, puede transformarse en electricidad y metano para abastecer hogares o fábricas. El hidrógeno, además, puede ser transportado en trenes, barcos, coches, camiones y aviones.
En un momento en el que existe una presión cada vez mayor de la opinión pública a favor de un transporte no contaminante, Airbus ha querido dar ejemplo y ha adelantado la construcción de tres conceptos de avión impulsados con hidrógeno y espera poner en servicio un avión comercial con cero emisiones en 2035.
AVANCES EN EL SECTOR FERROVIARIO
Existen varios proyectos en marcha que buscan implementar células de hidrógeno en trenes en Europa, que sustituirán a las cerca de cinco mil composiciones de tracción diésel todavía en funcionamiento, usadas sobre todo en vías no electrificadas del continente. En ese sentido, el Reino Unido inició, a finales de septiembre, las pruebas del primer tren impulsado con hidrógeno. El HydroFLEX ha sido desarrollado por investigadores de la Universidad de Birmingham y por Porterbrook, empresa que almacena y gestiona material circulante. Combina hidrógeno y oxígeno para generar electricidad, calor y agua, los ingredientes necesarios para circular.
Desarrollado por la Universidad de Birmingham y por la empresa Porterbrook, el HydroFLEX utiliza el hidrógeno y el oxígeno para generar electricidad, calor y agua
Los vagones cuentan con tecnología como depósitos de hidrógeno, pilas de célula de combustible y baterías de litio, para almacenar la energía producida. El gobierno británico espera que esta tecnología pueda extenderse a más trenes en 2023.
PRIMERA EMBARCACIÓN A HIDRÓGENO
Según la agencia Reuters, existen actualmente varios proyectos en curso en todo el mundo destinados a probar el uso del hidrógeno como combustible para barcos, en una época en la que el sector naval busca encontrar tecnologías que permitan reducir las emisiones, así como soluciones fiables y seguras para el uso comercial del combustible. Con el fin de lograr los objetivos de Naciones Unidas para la industria naval, los líderes del sector afirman que los primeros barcos con cero emisiones deberán estar navegando antes de 2030.
El Energy Observer inició su odisea en 2017 y ha pasado ya por Portugal
Una de las primeras experiencias que se conocen en esta área fue la del Energy Observer, primera embarcación del mundo propulsada por hidrógeno. Por desgracia, se encuentra en estos momentos amarrada en Francia por culpa de la pandemia del Covid-19, por lo que esta embarcación autónoma energéticamente aguarda en el muelle las condiciones idóneas que le permitan zarpar de nuevo y proseguir su travesía. La “Odisea para el Futuro" comenzó en Saint-Malo, Francia, en 2017, y estaba previsto que durara seis años, con 101 escalas programadas en 50 países distintos, incluyendo Portugal, por donde pasó en 2018. Con el apoyo financiero de Francia, la Comisión Europea, la UNESCO e IRENA (Agencia Internacional de Energía Renovable), el proyecto pretende probar este sistema innovador, basado en la producción, gestión y almacenamiento inteligente de energía, combinando tres fuentes de energía renovable (solar, eólica e hidráulica) y produciendo el hidrógeno a bordo a partir de un proceso de electrólisis con agua de mar.
AUTOMÓVILES ECOLÓGICOS: EL EMPUJE DE LOS ESTADOS
En 2050 habrá 1.600 millones de vehículos circulando en nuestro planeta. Las consecuencias de esta previsión de la Agencia Internacional de la Energía podrían ser bastante nefastas para el equilibrio medioambiental y la sostenibilidad energética del planeta. Por ello, la tendencia natural de las compañías de combustibles y los fabricantes de vehículos de transporte es invertir de forma importante en I+D para reducir al máximo las emisiones de gases y resolver el problema de la escasez de combustibles fósiles. Pero estos esfuerzos no solo han sido realizados a nivel empresarial. La Comunidad Europea y el gobierno estadounidense, entre otros, también han querido incentivar la búsqueda de soluciones alternativas, con el hidrógeno ocupando un lugar destacado. Buena muestra de ellos es la prohibición por parte del Reino Unido de la fabricación de coches tanto diésel como gasolina a partir de 2030, para lograr así el objetivo de cero emisiones en el país en 2050. En la misma línea va el anuncio de Alemania del lanzamiento de un paquete de medidas por valor de 1.000 millones de euros destinadas al desarrollo y producción de automóviles ecológicos. Las ayudas al coche eléctrico o propulsado por hidrógeno también recibirán un mayor apoyo financiero por parte del ejecutivo alemán.
